sábado, 20 de octubre de 2012

V ENCUENTRO DE ALUMN@S DE RELIGIÓN DE LA REGIÓN DE MURCIA

V Encuentro Alumnos Religión católica 4 ESO - Bachiller

CARTAGENA 06 de Noviembre de 2012

La ciudad de Cartagena acogerá el V Encuentro de Alumnos y Alumnas de Religión Católica de 4º de ESO y 1º Bachiller de todo tipo de centro educativo de la Región de Murcia el próximo martes 6 de noviembre.

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El objetivo de este encuentro es favorecer el acercamiento festivo de todos los alumnos que cursan religión, resaltando el sentido educativo de la asignatura y reconociendo la labor de profesores y alumnos que la llevan adelante en "condiciones heroicas".

El eje argumental gira en torno al Año de la fe, y en nuestro caso, pretendemos valorar los orígenes de la fe que llegó a Cartagena, con la presencia del Apóstol Santiago y "ex hoc loco orta fuit Hispaniae Lux Evangelica", es decir, que desde Cartagena llegó la luz del Evangelio a toda España.

Se trata de conocer y valorar los vestigios y los orígenes del cristianismo en nuestra tierra. Para ello, prepararemos el encuentro previamente con algunas informaciones que se puedan trabajar en clase. Es tiempo de hacer memoria de la fe, que tiene entre nosotros origen apostólico, y testimonios de santidad y de caridad: San Isidoro, Santa Florentina, San Leandro y San Fulgencio, patrón de la Diócesis; Liciniano y tantos otros.

Imaginemos el cristianismo en Murcia durante el Imperio Romano y el tiempo de los visigodos y bizantinos en la región y demos gracias por los primeros cristianos que acogieron la fe y la Palabra de Dios, constituyendo comunidades cristianas llenas de ardor y espíritu evangélico.


BREVE HISTORIA DE LA DIÓCESIS

Los Cuatro Santos de Cartagena

San Leandro, San Fulgencio, Santa Florentina y San Isidoro son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena.
Con seguridad, los tres primeros nacieron en la Cartagena visigoda del siglo VI. Sobre 550 la familia se trasladó a Hispalis (Sevilla), debido al apoyo que Severiano prestaba al rey Agila I frente a Atanagildo, aliado de los bizantinos, que terminaron invadiendo todo el sur de España y estableciendo una provincia dependiente de Bizancio con capital en la ciudad de Cartagena.
En Híspalis pudo nacer San Isidoro, y en esta ciudad llegaron a ser arzobispos San Leandro y San Isidoro. San Fulgencio fue obispo de Obispo de Écija y de Cartagena. Por su parte, la tradición dice que Santa Florentina fue abadesa a cargo de cuarenta conventos.
Tanto en la ciudad de Cartagena, como en toda la diócesis de Cartagena, los cuatro santos son objeto de especial devoción. La imagen de los cuatro santos se encuentra en lugar preferente de la fachada principal de la Catedral de Murcia, sede de la diócesis de Cartagena.
San Leandro de Sevilla.
Cartagena 534 – Sevilla, 13 de marzo de 596. Leandro desde que era un niño destacó por su facilidad para hablar en público y por su agradable personalidad. Siendo muy joven entró de monje a un convento de Sevilla en el cual se dedicó tanto a la oración, como al estudio y a la meditación.
Cuando su padre murió, Leandro asumió la dirección de su familia quedándose como tutor de sus tres hermanos y ocupándose de la educación de Isidoro. Terminada la educación de sus hermanos San Leandro se dedicó a la vida monástica y a difundir el catolicismo entre los visigodos en contra del arrianismo.
Su hermano Isidoro de Sevilla le atribuye la conversión de Hermenegildo al catolicismo el 579.
Su acceso al arzobispado de Sevilla se había producido antes del 584, año en que Leovigildo tomó la ciudad, siendo después desterrado por el rey.
Levantado el destierro el 586, influyó en Recaredo para su conversión, muriendo a finales de siglo (finales de febrero o mediados de marzo del 598 o 601) en Sevilla.
La mayor parte de sus restos mortales descansan junto a los de sus tres hermanos santos, Fulgencio, Isidoro y Florentina, en una urna de plata expuesta en el altar mayor de la Catedral de Murcia.
Su fiesta se celebra el 13 de Noviembre.
San Fulgencio.
San Fulgencio, nacido en Cartagena (ciudad capital de la Hispania Carthaginensis) fue obispo de Cartagena y de Écija a principios del siglo VII, durante la época visigoda. Su familia era originaria de Cartagena.
Del latín
fulgentem, significa "resplandeciente". Es un nombre que nace en el cristianismo. Se ha prodigado muy poco, pese a su gran belleza y a los dos grandes santos que dieron más resplandor todavía a este luminoso nombre. Lo encomendaron sus padres al obispo Eterio, benedictino, para que le educase en la fe cristiana. El resultado fue que Fulgencio abrazó la vida monástica en la orden de San Benito, en Sevilla. Se dedica allí al estudio de las Sagradas Escrituras con sumo provecho: escribe comentarios sobre el Pentateuco, los libros de los reyes, los doce Profetas menores, Isaías, los Salmos y los Evangelios. Escribe también un tratado sobre la fe (De fide), el libro De las mitologías ó ficciones y uno más de Sermones. Además de propagar la fe mediante sus escritos, tomó parte activa en la gran batalla dialéctica contra los arrianos. En la guerra que estalló entre el rey Leovigildo y su hijo San Ermenegildo, Fulgencio tomó partido por este último, por lo que fue desterrado a Cartagena. A la muerte del obispo de esta ciudad, Fulgencio ocupó la silla episcopal a instancias del rey. Ocho años estuvo al frente de esa diócesis, hasta que el rey volvió a acordarse de él para resolver los graves conflictos y disensiones que había en Écija. Tan pronto como llegó Fulgencio a ocupar la sede episcopal de Écija, su natural dulce, indulgente y compasivo obró el milagro de disolver los odios enconados de Écija. Puso orden en las costumbres de los clérigos y en los monasterios, hasta convertir a Écija en un remanso de paz. Reclamado de nuevo a Cartagena, allí acabó sus días el año 658. Su fiesta se celebra el 16 de enero.
Los restos mortales de San Fulgencio se encuentran en una urna de plata, expuesta en el Altar Mayor de la Catedral de Murcia. Su fiesta se celebra con gran solemnidad en la Diócesis de Cartagena cada 16 de enero.

San Isidoro de Sevilla
Nació en Cartagena, España hacia el año 560. Su padre llamado Severiano, nacido en Cartagena, probablemente era de una familia romana, pero estaba emparentado con los reyes visigodos.
Isidoro era el menor de cuatro hermanos. Sus dos hermanos, Leandro y Fulgencio también llegaron a ser santos. Su hermana Santa Florentina, fue abadesa de varios conventos. ¡La santidad se comparte y se fortalece cuando los lazos familiares son santos!
Su hermano Leandro que era mucho mayor que él, se encargó de su educación porque quedaron huérfanos siendo Isidoro un niño. Parece ser que Leandro era muy severo, porque cuenta una leyenda, que siendo Isidoro muy niño huyó de su casa para escapar de la severidad de su hermano. Luego volvió por voluntad propia, lleno de buenos propósitos. Leandro lo encerró para
impedir que se escape de nuevo. Probablemente lo envió a un monasterio para seguir estudiando.
Un día se acercó a un pozo para sacar agua y notó que las cuerdas habían hecho hendidura en la dura piedra. Entonces comprendió que también la conciencia y la voluntad del hombre pueden vencer las duras dificultades de la vida. Entonces regresó con amor a sus libros.
Isidoro llegó a ser uno de los hombres mas sabios de su época, aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad. Fue un escritor muy leído. Se lo llamó el Maestro de la Edad Media o de la Europa Medieval y primer organizador de la cultura cristiana. La principal contribución de San Isidoro a la cultura, fueron sus Etimologías u Orígenes, una "summa" muy útil de la ciencia antigua condensando, mas con celo que con espíritu crítico los principales resultados de la ciencia de la época, siendo uno de los textos clásicos hasta mediados del siglo XVI.
Fue un escritor muy fecundo: entre sus primeras obras está un diccionario de sinónimos, un tratado de astronomía y geografía, un resumen de la historia desde la creación, biografías de hombres ilustres, un libro sobre los valores del Antiguo y del Nuevo Testamento, un código de reglas monacales, varios tratados teológicos y eclesiásticos y la historia de los visigodos, que es lo más valioso en nuestros días, ya que es la única fuente de información sobre los godos. También escribió historia de los vándalos y de los suevos.
San Isidoro fue como un puente entre la Edad Antigua que terminaba y la Edad Media que comenzaba. Su influencia fue muy grande en Europa, especialmente en España. Entre sus discípulos está San Ildefonso de Toledo
Probablemente ayudó a su hermano Leandro, obispo de Sevilla a gobernar la diócesis. Le sucedió en el cargo cuando murió. Su episcopado duró treinta y siete años, bajo seis reyes, completó la obra comenzada por San Leandro, que fue de convertir a los visigodos del arrianismo al catolicismo.
Cuenta una graciosa leyenda que cuando tenía un mes de vida, un enjambre de abejas invadió su cuna y dejó en los labios del pequeño Isidoro un poco de miel, como auspicio de la dulce y sustanciosa enseñanza que un día saldría de esos labios.
También decía San Ildefonso que "la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas".
Su principal preocupación como obispo fue la de lograr una madurez cultural y moral del clero español. Fundó un colegio eclesiástico, prototipo de los futuros seminarios, dedicándose personalmente a la instrucción de los candidatos al sacerdocio.
Como su hermano, fue el obispo mas popular y autorizado de su tiempo.
Continuó la costumbre de su hermano de arreglar las cuestiones de disciplina eclesiástica en los sínodos, cuya organización se debió en gran parte a San Leandro y San Isidoro.
San Isidoro presidió el segundo Concilio de Sevilla en 619, y el cuarto Concilio de Toledo, en 633. Muchos de los decretos del Concilio fueron obra de San Isidoro, especialmente el decreto que se estableciese un seminario en todas las diócesis.
Su sistema educativo era abierto y progresista, propuso un sistema que abarca todas las ramas del saber humano.
Según parece, San Isidoro previó que la unidad religiosa y un sistema educativo amplio, podían unificar los elementos heterogéneos que amenazaba desintegrar España y gracias a eso gran parte del país se convirtió en un centro de cultura, mientras que el resto de Europa se hundía en la barbarie.
Otro de los grandes servicios que San Isidoro prestó a la Iglesia española fue el de completar el misal y el breviario mozárabes, que San Leandro había empezado a adaptar de la antigua liturgia española.
San Isidoro se formó con lecturas de San Agustín y San Gregorio Magno.
Su amor a los pobres era inmenso. En los últimos seis meses aumentó tanto sus limosnas que los pobres llegaban de todas partes a pedir y recibir ayuda.
Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas sus faltas, perdonó a sus enemigos y suplicó al pueblo que rogara a Dios por él. Distribuyendo entre los pobres el resto de sus posesiones, volvió a su casa y murió apaciblemente el 4 de abril del año 636 a la edad de 80 años.
El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe culto en la iglesia de su nombre.
La Santa Sede lo declaró Doctor de la Iglesia, en 1722.
Su fiesta se celebra el 26 de abril.
Santa Florentina de Cartagena.
Florentina de Cartagena o Santa Florentina fue hermana de San Isidoro, San Leandro y San Fulgencio.
Santa Florentina seguiría la senda religiosa de sus hermanos, si bien su condición de mujer la apartaba de la dignidad episcopal. Fue una persona de extraordinaria cultura y, tras recluirse en el Monasterio de San Benito, en las cercanías de la localidad sevillana de Écija, comenzaría una destacada labor como fundadora de monasterios, superando los cuarenta, para lo que contaba con una regla escrita para ella por su hermano San Leandro.
Lugares de culto. La mayor parte de sus restos mortales descansan en una urna de plata, expuesta en el altar mayor de la Catedral de Murcia, aunque también se conservan reliquias de la santa en la parroquia de Berzocana de la diócesis de Plasencia. Recibe especial veneración en la localidad de La Palma, en su comarca natal del Campo de Cartagena. En el municipio de Canet de Mar (Barcelona) se encuentra el Castillo de Santa Florentina, levantado en el siglo XI y ampliado y reformado en 1910 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. En Écija hay un convento en su nombre.
Su fiesta se celebra el 14 de marzo.

 
LICINIANO DE CARTAGENA

Son muy escasos los datos biográficos que conocemos de Liciniano de Cartagena, y éstos han llegado a nosotros por dos vías principales: sus propios escritos, con lo que de ellos puede deducirse, y el capítulo que Isidoro de Sevilla le dedica en su
De uiris illustribus. Sabemos a ciencia cierta que vivió en Hispania en el s. VI, y fue obispo de Cartagena (su episcopado transcurrió en la segunda mitad), y que murió violentamente en Bizancio. Respecto a las demás circunstancias de su vida, las conjeturas que hoy se aceptan como verosímiles son éstas: en primer lugar era presumiblemente hispano, en virtud de su condición de obispo, nombramiento que en la época se regía por las directrices fijadas en Nicea; en segundo lugar, antes de ser nombrado obispo probablemente fue monje (idea expuesta por Flórez –que se apoya en Isidoro de Sevilla– y defendida por todos los biógrafos posteriores); por otra parte, debió de vivir en el monasterio Servitano, donde habría coincidido con Severo, el luego obispo de Málaga, lo que explicaría también su relación con Eutropio (aunque Platero, sin mucho éxito, lo hizo monje de San Martín de Ferraria, habida cuenta de los ataques arrianos a este centro, de los que se vio libre el Servitano; y de algunos pasajes de los escritos licinianeos); y, por último, su muerte en Bizancio, envenenado, fue probablemente producto del rencor de los familiares del gobernador Comenciolo, respecto a cuyos desmanes Liciniano habría ido a informar al emperador Mauricio (no olvidemos que en estos momentos Cartagena dependía de Bizancio, no del rey visigodo Leovigildo).
En cuanto a su obra, nos han llegado tres de sus cartas: una dirigida al diácono
Epifanio; otra con el obispo Vicente (también denominado en ocasiones Vincencio) de Ibiza como destinatario; y la tercera enviada al papa Gregorio Magno.
Pasemos escueta revista a las mismas por orden cronológico.
La primera carta,
Epistola ad Epiphanium (Carta a Epifanio), es aquélla que más indicios aporta sobre la condición de monje de Liciniano. Parece que la escribió en conjunción con Severo, y en la misma, a petición del diácono Eusebio (cuya ubicación es incierta), ambos rebaten las tesis de un obispo materialista al que no llegan a nombrar (los estudiosos lo sitúan, según diversas hipótesis, en Sevilla o Córdoba; en cuanto a sus tesis, Madoz opina que están influidas por Casiano y Fausto). Dado que en la carta Liciniano expone que no se halla en condiciones de enviar libros a Eusebio por las circunstancias políticas que están viviendo, Domínguez del Val argumenta que podría fecharse en torno al 582, año en el que Leovigildo movilizó sus tropas cerca de la Hispania bizantina. En su misiva, Liciniano expone de forma clara, con argumentos bíblicos, y sobre todo de Agustín y del De statu animae de Claudiano Mamerto, por qué no sólo Dios es espíritu, sino que también el alma y los ángeles son seres espirituales.
La segunda carta de Liciniano es la
Epistola ad Vincentium (Carta a Vicente).
Ésta es quizá la que más fama ha alcanzado, gracias a su curioso tema. Es también por otra parte, la que nos da argumentos para considerar el carácter metropolitano de la sede de Cartagena, ya que Liciniano la dirige al obispo de Ibiza, un ser crédulo y poco inteligente, quien le remitió –sin duda, como a su superior– una carta que creía haber recibido del cielo, escrita por Cristo mismo. Liciniano rebate con sensatez, y no sin falta de enojo, las falsedades doctrinales de la carta, según él de carácter judaizante, a la vez que advierte al obispo ibicenco sobre el modo de corregir el escándalo que haya podido provocar ingenuamente en su grey, dado que se atrevió a leerla desde el púlpito.
La tercera y última carta es la dirigida al papa Gregorio Magno:
Epistula ad Gregorium Papam (Carta al papa Gregorio). Tras haber leído su Regula pastoralis, Liciniano decide escribirle para, una vez elogiada y criticada doctamente, exponerle qué dificultades encuentra en llevar a efecto las normas dictadas en ella. Asimismo, aprovecha la ocasión para solicitar al papa copias de sus Moralia in Iob. La datación de esta carta se cifra en torno al 595, año en el que sabemos que Leandro de Sevilla recibió un ejemplar de la Regula. La transmisión manuscrita nos ha legado ejemplares de la misma anexos a la Regula, hecho que indica hasta qué punto las críticas licinianeas fueron consideradas justas en su tiempo, pero sobre el cuándo, cómo y porqué de esta unión nada cierto sabemos.



lunes, 15 de octubre de 2012

La liturgia: elementos naturales, humanos y literarios.

El termino liturgia procede del griego clásico, leitourgía ( de la raíz lêit – leôs-laôs- : pueblo, popular; y érgon: obra) lo mismo que sus correlativos leitourgeîn y leitourgós, y se usaba en sentido absoluto sin necesidad de especificar el objeto, para indicar el origen o el destino popular de una acción o de una iniciativa, independientemente del modo como se asumía ésta. Con el tiempo la presentación popular perdió su carácter libre para convertirse en un servicio oneroso a favor de la sociedad.

Liturgia vino a designar un servicio público. Cuando este servicio afectaba al ámbito religioso, liturgia se dirigía al culto oficial de los dioses. En todos los casos la palabra tenía un valor técnico.

Son acciones litúrgicas (lo litúrgico) aquellos actos sagrados que, por institución de Jesucristo o de la Iglesia, y en su nombre, son realizados por personas legítimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros litúrgicos aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a los santos ya los beatos el culto que les es debido. Lo no litúrgico son las demás acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija (a estas también se les llama ejercicios piadosos).
Elementos Naturales de la Liturgia
Luz, fuego, agua, aire, aceite, pan y vino, cera, ceniza, incienso, flores, campanilla.
Elementos Naturales de la Liturgia
Elementos Naturales de la Liturgia

La Iglesia, cantora de la naturaleza y de su Creador y amante del simbolismo, debía aprovechar para su liturgia algunos de esos elementos como signos eficaces de valores sobrenaturales y salvíficos.

El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes secretas en orden a la vida sobrenatural. Por ejemplo: el agua en el perdón, la saliva en el ciego, el hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo en sus discursos y parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, cizaña, etc.

¿Cuáles son?

a) La luz

De todas las obras de la creación, la luz parece ser la más excelente. Con ella empezó Dios a adornar el mundo. Es la más hermosa de las creaturas naturales y de ella beben la belleza todas las demás. Con la luz honraron los israelitas a la divinidad, por ejemplo, llevándola al Tabernáculo de Moisés y luego al templo de salvación y fabricando para su uso lámparas de gran precio y suntuosos candelabros. Los mismos paganos, para los templos de sus dioses y en sus fiestas. En la Vigilia Pascual se nos da la clave. La Iglesia bendice la luz sacándola del nuevo fuego y la introduce a la iglesia con el cirio pascual. La luz, por tanto, representa y rinde tributo a Jesucristo, “Luz del mundo”. La luz es figura de los ángeles, aparecidos con frecuencia envueltos en celestiales resplandores, y también de las almas justas por su pureza y fe radiantes.


b) El fuego

Es de los elementos más misteriosos y terribles, al mismo tiempo. Sin él, apenas se podría vivir. Es fuerza que quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. Sobrecogidos de espanto las tribus salvajes lo adoraban como a una divinidad. La Iglesia utiliza constantemente el fuego para sus ritos:



  • Con el fuego anuncia la resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la Vigilia Pascual.
  • En el incensario, fuego e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de nuestra vida, que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a Dios.



    c) Agua

    Es uno de los elementos más indispensables para la vida, y henchido de simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu de Dios la acarició con su soplo como elemento de fecundidad; eran aguas repletas de vida vegetal y animal. Y Jesús la santificó con su contacto en las corrientes del río Jordán. El agua con el crisma forma parte de la materia del Bautismo. En los ritos judíos se usa para las abluciones y lustraciones. La Biblia está llena de fuentes, de pozos; y con el agua del diluvio quiso Dios limpiar la maldad de la tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar “sangre y agua”. Y su agua calma siempre la sed .


    d)Saliva

    Jesús la usó para curar a un sordomudo y al ciego de nacimiento. Los santos Padres la consideraban como símbolo de la sabiduría; la liturgia la ha usado tan sólo en el Bautismo, mojando en ella la nariz y oídos del bautizado, diciendo: “Epheta”, “Abríos”. Así reproducía el gesto de Jesús al curar. De esta manera, esos órganos están ya habilitados para oír con gusto la Palabra de Dios y aspirar el perfume de la santidad. Dada la sensibilidad de los tiempos modernos, el nuevo ritual del bautismo suprimió el uso de la saliva.


    e) Aire

    El soplo del Creador infundió vida al hombre. Y el de Jesús resucitado comunicó a los apóstoles el Espíritu Santo. Por siglos, ha figurado en el rito bautismal el soplo como signo de expulsión de Satanás, del alma del bautizado.


    f) Aceite

    Para la vida corporal, es alimento, medicina y condimento. Fortalece, suaviza, agiliza los miembros y, cuando es legítimo aceite de oliva, aromatiza cuanto toca. En la vida espiritual, simboliza también esto: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados. Y por eso se usa como materia en algunos sacramentos:

  • En el bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la fortaleza y la agilidad espiritual.
  • El crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo cristiano tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de Cristo, como dice san Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en la episcopal, la cabeza. “Este gesto nos habla de la transmisión del Espíritu Santo, el cual se adentra en el interior del ungido, toma posesión de él y lo convierte en instrumento suyo. La unción de la cabeza significa la llamada a nuevas responsabilidades: el obispo tendrá en la Iglesia tareas directivas que lo ocuparán a fondo” .
  • Óleo de los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del alma.


    g) Cera de abejas

    Se usa para el alumbrado propiamente litúrgico, es decir, para las Misas y demás sacramentos y sacramentales. La vela encendida sirve para simbolizar a Cristo-Luz del mundo y significar la fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.


    h) Pan y vino

    Son la base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos los cristianos. Son los signos del sacrificio de su cuerpo y sangre como manjar espiritual del alma. El pan, hecho de muchos granos, y el vino, de muchos racimos, son símbolo de la unión íntima entre los cristianos. Simbolizan también la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y unidad


    i) Sal, que sazona y preserva

    Se dejó optativo en la fórmula ritual de la bendición del agua lustral como remedio para poner en fuga los demonios y ahuyentar enfermedades. También se usó en el bautismo, colocando unos granitos sobre la boca del bautizando.


    j) Ceniza

    Es símbolo de la caducidad de la vida y de todo lo material, y, por lo mismo, símbolo del dolor, de la penitencia, del arrepentimiento, de una gran aflicción. En la Biblia la expresión “cubrirse de ceniza y de cilicio” es sinónimo de amarga penitencia y de muy gran duelo. La Iglesia nos la pone el día del miércoles de ceniza “en señal de la humildad cristiana y como prenda del perdón que se espera”.


    k) Incienso

    Nuestra vida se tiene que quemar en honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades se inciensa el altar y los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de respeto y veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a los fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son concelebrantes y no sólo espectadores. Además, purifica el templo y nos eleva a Dios.


    l) Flores

    Las flores naturales que adornan el altar y los santos significan fiesta, alegría, exultación piadosa. En tiempo de cuaresma, tiempo fuerte de penitencia y austeridad, aunque se pueden poner algunas plantas, no debe haber, sin embargo, flores en las iglesias, exceptuando el tercer domingo de cuaresma, domingo del “Laetare”, y las solemnidades y fiestas que caen en cuaresma.


    m) Campanilla

    Para la atención piadosa y unión de corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento de la consagración en las santas misas, para centrar la atención de los que participan en la celebración eucarística.

  • Elementos Materiales de la Liturgia
    El Templo, el Altar, vestiduras del Papa, obispos y sacerdotes, colores litúrgicos.



    Elementos Materiales de la Liturgia
    Elementos Materiales de la Liturgia
    Los elementos materiales de la liturgia son los siguientes:


    a) El Templo

    El templo está consagrado para el culto a Dios. Es verdad que Dios está presente en todas partes, pero quiere tener un lugar visible de su presencia en este mundo. Y esto es el templo, la casa de Dios, que más comúnmente llamamos “iglesia”. Por eso, siempre que vemos una iglesia, nos acordamos de que Dios está presente en el mundo y hacemos la señal de la cruz. El templo o iglesia es también la casa del pueblo de Dios, reunido para escuchar la Palabra de Dios, para rezar, para fraternizar como hijos de Dios.

    Al inicio, los primeros cristianos daban culto a Dios en casas particulares (casas romanas de dos pisos). Lo requería la discreción y la prudencia, pues los emperadores romanos impedían todo culto público.

    Fue Constantino en año 313 d.C. el que permitió el culto público y lo revistió de solemnidad y magnificencia. Y fue él, el que mandó construir las basílicas, que eran edificios muy grandes, en un inicio dedicadas al rey o emperador, y después ofrecidas a Dios, el Rey de reyes.

    Durante siglos se han ido construyendo diversos tipos de templos dedicados a Dios:


  • Basílica: la basílicas mayores son siete y están en Roma; las menores, por todo el mundo, y ha sido el papa quien ha querido honrarlas con ese título.
  • Catedral: donde tiene la sede o cátedra el obispo.
  • Iglesia abacial: donde tiene su sede un abad mitrado.
  • Iglesias parroquiales: para atender espiritualmente a un grupo de fieles y a cargo del párroco y sus colaboradores sacerdotes, en una localidad o territorio delimitado.
  • Iglesia conventual: que pertenece a comunidades religiosas.
  • Capillas, oratorios públicos, semipúblicos o privados.


    b) Los lugares anexos al templo

  • Las capillas laterales: son como otras tantas pequeñas iglesias dentro de la principal. Responden al deseo de dar culto a santos locales y universales de mayor devoción.

  • Bautisterio: hoy el bautisterio ha cedido su lugar a la pila bautismal. Está colocado en los pórticos de las grandes basílicas o muy contiguos a ellas.

  • Sacristía: lugar sagrado para guardar los ornamentos y vestiduras sagradas, cálices, y objetos del culto. Con frecuencia se encuentra dentro de la sacristía el relicario, o capilla donde se custodia y expone el tesoro de las reliquias de santos y vasos de orfebrería.

  • Torres y campanarios: que indican la presencia de Dios en ese lugar. Las flechas de los campanarios rematan, las más de las veces, con una cruz, una veleta o un gallo. La cruz proclama el signo de Cristo; la veleta recuerda los vaivenes de la fama y lo efímero de la vida; y el gallo es símbolo de la vigilancia.

  • La cripta: los primeros cristianos la usaban como sepulcro para sus santos mártires y para sitio de reunión en el día del aniversario de su martirio. Con el tiempo, cada cripta sepulcral se convirtió en una pequeña capilla sobre la que se erigieron luego otras iglesias superiores, haciendo coincidir los altares de ambas.


    Ahora veamos el mobiliario litúrgico del templo es decir, el conjunto de muebles que adornan o completan el templo.

  • Pila de agua bendita: lo primero que se encuentra, al entrar en una iglesia, es una o dos pilas de agua bendita. Es un símbolo: purificarnos antes de comenzar una acción litúrgica en el templo sagrado. Esta agua bendita es un sacramental, que debemos aprovechar con devoción, fe y reverencia.

  • Pila bautismal: los antiguos bautisterios han quedado hoy reducidos a una pila de piedra o de mármol, más o menos grande y artística. Se la coloca en un ángulo de la Iglesia contigua al cancel, también en una capilla separada por una verja. Hoy se tiende a emplazarlas en el presbiterio. A todo buen cristiano debe inspirar agradecida devoción la pila, donde fue espiritualmente regenerado y hecho hijo adoptivo de Dios y miembro de la comunidad eclesial.

  • Púlpito: estaba adosado al muro o en alguno de los pilares de la nave o del presbiterio. Hoy lo suplen los ambones o simples atriles de la sede presbiteral con su micrófono. Desde el púlpito se predicaban los sermones, la voz llegaba fuerte a la gente y el sacerdote podía ver a todos desde el mismo.

  • Ambón: es el lugar desde donde se proclama la Palabra de Dios, hacia el cual se dirige espontáneamente la atención de los fieles durante la liturgia de la Palabra. Conviene que sea estable y no un mueble portátil. Se usa sólo para proclamar las lecturas, cantar o leer el salmo responsorial y el pregón pascual, hacer la homilía y la oración de los fieles. No debe usarse para el guía ni para el cantor o director de coro.

  • Los confesonarios: donde Cristo, a través de su Iglesia, en la persona del sacerdote, administra y ofrece el sacramento de la confesión para el perdón de los pecados de los hombres. A partir del concilio de Trento, en el siglo XVI, aparecieron los confesonarios cerrados a los lados, con paredes provistas de rejilla. Los confesonarios actuales son funcionales y prácticos, y están situados en lugares especiales de la iglesia o en capillas penitenciales.

  • Alcancías: destinadas a recoger las limosnas de los fieles, para el culto, la caridad de los necesitados, o necesidades de la parroquia, para las vocaciones. Dichas alcancías sirven para fomentar la caridad y la generosidad de todos.

  • Bancos: para sentarnos y escuchar la Palabra de Dios, pasar un rato de meditación íntima con el Señor.

  • Imágenes: ya sean pinturas (cuadros, mosaicos), ya sean esculturas (estatuas). Son incentivos de devoción, medios de instrucción y elementos decorativos para el culto de Dios y de los santos. No deben ser excesivos, deben ponerse en justo orden, y no distraer la atención de los fieles. No son signos de superstición ni de idolatría, como creen los protestantes. A Dios Padre se le representa como un anciano venerable. A Cristo: se le representa en el crucifijo, o el Sagrado Corazón, o sus emblemas: Buen Pastor, el Cordero, el Pelícano. La figura típica del Espíritu Santo es la paloma, o las lenguas de fuego. Los ángeles son figuras aladas. El Via crucis representa el camino de la cruz y las escenas de la Pasión del Salvador, recordándonos el camino doloroso de Jesús para salvarnos.

  • Las lámparas: las velas se encienden para los actos litúrgicos. Siempre queda encendida una lámpara, la del sagrario. Ella es fiel centinela que asiste día y noche, en nombre del pueblo cristiano, al Divino solitario del sagrario, Jesús. Esa lamparita da fe de la presencia real de Jesús sacramentado. Simboliza también nuestra vida que debe ir consumiéndose al servicio de Dios, en el silencio de nuestra entrega generosa y abnegada.

  • El órgano: en el rito latino ha sido el instrumento más tradicional. Existe para el órgano una bendición ritual, antes de su inauguración para el culto. Así dice el documento del Vaticano II: “téngase en gran estima en la iglesia latina, el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales” (Sacrosanctum Concilium, n. 120).



    c) El Altar

    Representa a Cristo y es la mesa de su sacrificio y del banquete celestial, para quienes caminamos hacia la eternidad. Es el corazón del templo. Por eso se lo besa, se lo inciensa. Tiene que ser de piedra o mármol. ¡Es Cristo visible! Ya desde el Antiguo Testamento se construían altares para los sacrificios a Yahvé. Tiene que ser alto, grande.


    El altar tiene sus accesorios:

  • El mantel: pues es banquete lo que se celebra sobre el altar. En esa “mesa” Dios Padre nos servirá a su Hijo Jesús, como Cordero inmaculado, para alimento del alma.
  • Candelero: es la luz de la presencia de Cristo.
  • El crucifijo: colocado sobre el altar, pues cada misa es Calvario donde participamos de la cruz de Cristo.
  • Vasos y utensilios sagrados: El templo es como el palacio de Dios; el sagrario su recámara y como su sala de recepción; el cáliz, la patena, el copón y la custodia son a modo de vajilla sagrada de la mesa eucarística. Todos estos vasos y utensilios son sagrados. El cáliz y la patena se usan para la celebración del Santo Sacrifico de la misa. El copón y la custodia sirven para conservar, trasladar o exponer el Santísimo Sacramento. Vaso subsidiario es la teca o cajita, usada para llevar la comunión a los enfermos.
  • Otros: También son objeto de culto las crismeras, las vinajeras y el vasito de las abluciones; el incensario con la naveta, la campana o campanilla, las bandejas, el acetre o calderillo con agua bendita para las bendiciones y aspersiones; lleva dentro un hisopo.

    Imágenes de objetos utilizados en la Liturgia
  • http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/liturgia/objetos_liturgicos/a_objetos_liturgicos.htm


    d) Vestiduras y ornamentos sagrados
  • http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/liturgia/vestimenta_liturgica.htm
  • Las vestiduras pertenecen también a los elementos materiales de la liturgia. Tienen también su profundo significado. Vestir una determinada ropa significa asumir la personalidad correspondiente, asumir una identidad, puesta de manifiesto en esas vestiduras; por ejemplo, la bata del médico, el uniforme militar, la sotana del sacerdote, etc. Estas vestiduras no indican un poder sobre nadie; sino un servicio a los demás.

    Vestiduras del diácono


  • Dalmática: Del latín “dalmatica vestis”, túnica o vestidura de Dalmacia. Vestido litúrgico en forma de túnica hasta las rodillas, con mangas amplias, que usan los diáconos sobre el alba y la estola. Los primeros cristianos la tomaron de los romanos y éstos, del pueblo de los dálmatas (hoy países balcánicos). La vestían las personas de dignidad.

  • Estola cruzada: de hombro izquierdo hacia el derecho, en forma descendente.


    Vestiduras del presbítero o sacerdote




  • Amito: pequeño lienzo rectangular, de lino blanco, colocado debajo del alba que pueden usar los ministros sobre los hombros y alrededor del cuello, debajo del alba, para ocultar los vestidos comunes. Tenía un significado alegórico: servía en defensa contra las tentaciones diabólicas y la moderación de las palabras. Hoy ya no se suele usar, porque las albas vienen confeccionadas de forma que cubran el cuello, y ya no con cuello en forma de V. Esta es la oración que rezaba el sacerdote al ponerse el amito: “Impón en mi cabeza, Señor, el casco de la salvación, para rechazar los asaltos del diablo”.

  • Alba: Del latín “alba”, blanca. Es una vestidura litúrgica común a todos los ministros. Es una túnica talar blanca de mangas largas que cubre todo el cuerpo y se reviste sobre el vestido común. El sacerdote representa con esa alba la pureza que el hombre recibe por los méritos del misterio pascual de Cristo. También significa la penitencia y la pureza de corazón que debe llevar el sacerdote al altar. El alba se coloca sobre el clergyman o la sotana. Esta es la oración que reza el sacerdote al ponerse el alba: “Purifícame, Señor, y limpia mi corazón, para que purificado con la sangre del Cordero, pueda disfrutar de los goces eternos”.

  • Roquete: Del latín “Rochetum”, especie de alba corta, hasta la altura de las rodillas, que se usa sobre la sotana o el hábito religioso. También se llama sobrepelliz. Puede ser usada por el sacerdote o el diácono para exponer el Santísimo, para una celebración de Bautismo, para un matrimonio.

  • Cíngulo: Del latín “cingulum”, cinturón. Es cuerda o cordón con la que se ajusta el alba a la altura de la cintura. Aunque su uso es simplemente utilitario, sin embargo, podríamos ver que con el cíngulo el sacerdote ata a la pureza del alba a todo el mundo, a los fieles y los lleva al altar para ofrecerlos en la celebración. Esta es la oración del sacerdote al ponerse el cíngulo: “Cíñeme, Señor, con el cinturón de la pureza y extingue en mis entrañas el fuego de la concupiscencia, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y de la castidad”.

  • Estola: Del griego “stolé”, vestido. Es prenda de tela alrededor del cuello del sacerdote, usada para las celebraciones litúrgicas. La usan los obispos y presbíteros, colgando del cuello hacia delante; y los diáconos, desde un hombro hasta la cintura atravesando en diagonal la espalda y el pecho. Es símbolo de los poderes sagrados que recibe el sacerdote, como pastor que lleva a sus ovejas sobre sus hombros, como maestro que enseña a sus discípulos; como guía que conduce a las almas hacia la vida eterna. Esta es la oración que reza el sacerdote al ponerse la estola: “Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno”.

  • Casulla: Del latín “casula”, cabaña. Vestimenta litúrgica amplia y abierta por los costados para la celebración de la Misa. Se usa sobre el alba y la estola. Confeccionada en tela, tiene la forma de una capa cerrada por delante o poncho. Cambia su color según la celebración y el tiempo litúrgico. Simboliza la caridad que cubre todos los pecados y por apoyarse sobre los hombros, el suave yugo del Señor. Esta es la oración que dice el sacerdote al ponerse la casulla: “Señor, que dijiste: Mi yugo es suave y mi carga ligera, haz que lo lleve de tal manera que alcance tu gracia. Amén”.


    Vestiduras del obispo




  • Mitra: Gorro que usan los obispos y abades desde el siglo X. Está formado por dos trozos de tela acartonada cosidos o pegados por los costados, y abierto en la parte superior. Símbolo del poder y servicio espiritual. “El obispo neoelecto la recibe como si fuera una exhortación a esforzarse para que en él “brille el resplandor de la santidad” y merezca recibir “la corona de gloria que no se marchita” cuando aparezca Cristo, el “Príncipe de los pastores” .

  • Ínfulas: Cintas que cuelgan detrás de la mitra. Significan que el ministro debe poseer la ciencia del Antiguo y del Nuevo Testamento.

  • Anillo: Del latín “anellus”, anillo. Insignia propia de los obispos. Simboliza su desposorio con la Iglesia local o diócesis. También pueden usarlo algunos abades y abadesas. “El anillo que se impone al obispo significa que contrae sagradas nupcias con la Iglesia....”Recibe este anillo, signo de fidelidad y permanece fiel a la Iglesia, esposa santa de Dios”...Este anillo, símbolo nupcial, expresa el vínculo especial del obispo con la Iglesia. Para mí es una llamada cotidiana a la fidelidad. Una especie de interpelación silenciosa que se hace oír en la conciencia: ¿me doy totalmente a mi Esposa, la Iglesia?¿Soy suficientemente para las comunidades, las familias, los jóvenes y los ancianos, y también para los que todavía están por nacer? El anillo me recuerda también la necesidad de ser sólido “eslabón” en la cadena de la sucesión que me une a los Apóstoles...” .

  • Báculo: Del latín “baculum”, bastón. Insignia litúrgica propia del obispo como pastor de la comunidad; lo recibe el día de su ordenación y lo usa cuando preside una celebración en su diócesis. Simboliza que es buen pastor de las ovejas, que apacienta, instruye, guarda y las defiende, como Cristo, el Buen Pastor. “Es el signo de la autoridad que compete al obispo para cumplir su deber de atender a su grey. También este signo se encuadra en la perspectiva de la preocupación por la santidad del Pueblo de Dios... En él veo simbolizadas tres tareas: solicitud, guía, responsabilidad. No es un signo de autoridad en el sentido corriente de la palabra. Tampoco es signo de precedencia o supremacía sobre los otros; es signo de servicio... ¡Servir! ¡Cómo me gusta esta palabra! Sacerdocio “ministerial”, un término que sorprende...El obispo tiene la precedencia en el amor generoso por los fieles y por la Iglesia” .

  • Solideo: Del latín “solus”, solo, y “Deo”, a Dios. Gorro de tela en forma de casquillo que usan los obispos, y cubre la coronilla. Si son obispos, el color del solideo es violeta; si son cardenales, es rojo, y el Papa lo usa de color blanco. Simboliza la protección de Dios y la dedicación a solo Dios.

  • Pectoral: Del latín “pectus”, pecho. Es cruz de metal, madera, marfil que llevan los obispos sobre el pecho, como insignia de su cargo y dignidad. En la celebración de la Misa pueden llevarla sobre la casulla. El día de la ordenación episcopal toman y aceptan sobre sus espaldas, de un modo más comprometido, la cruz de Cristo, que no faltará en su ministerio episcopal.


    Vestiduras del papa




  • Tiara: Especie de mitra circular con triple corona que, desde el siglo XII hasta el Papa Pablo VI, usaban los obispos de Roma como insignia propia. Representaba el triple poder del Papa como obispo de Roma, supremo pastor de la Iglesia y jefe de los Estados Pontificios.

    Las vestiduras del Papa son blancas: sotana, faja, solideo.


    Vestiduras de los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión




  • Túnica o toga: Vestidura sagrada que deben colocarse los ministros para repartir la Comunión. Indica el respeto y la veneración con que hay que repartir la Sagrada Comunión.



    e) Colores litúrgicos

    Después de haber explicado las vestiduras veamos ahora los diversos colores de las vestiduras que se usan en la liturgia.

    Tienen también su sentido. Por un lado, expresan lo característico de los misterios de la fe que se celebran, y por otro lado, exteriorizan con mayor eficacia el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico. Son como los semáforos para orientar nuestro camino y nuestra peregrinación al cielo. También nosotros nos ponemos un vestido de color según el tiempo, la estación, la fiesta o la circunstancia que celebramos. La Iglesia es pedagoga, maestra que enseña con todo lo que nos ofrece en la liturgia.

    Desde el Papa Inocencio III (siglos XII y XIII) quedaron como oficiales, para la liturgia, los siguientes colores: blanco, rojo, verde, morado y el negro. Y, aunque el simbolismo de los colores cambia de cultura a cultura, sin embargo, podemos dar a los colores litúrgicos un simbolismo que hasta ahora la Iglesia ha aceptado.

  • Blanco: simboliza la luz, la gloria, la inocencia. Por eso se emplea en los misterios gozosos y gloriosos del Señor, en la dedicación de las Iglesias, en las fiestas, en las conmemoraciones de la Virgen, de los ángeles, de los santos no mártires, y en la administración de algunos sacramentos (primera comunión, confirmación, bodas, orden sagrado).

  • Rojo: es el color más parecido a la sangre y al fuego, y por eso es el que mejor simboliza el incendio de la caridad y el heroísmo del martirio o sacrificio por Cristo. Se emplea para el Domingo de Pasión (domingo de Ramos), Viernes Santo, Pentecostés, fiestas de la Santa Cruz, apóstoles, evangelistas y mártires.

  • Verde: indica la esperanza de la criatura regenerada y el ansia del eterno descanso. Es también signo de vida y de frescura y lozanía del alma cristiana y de la savia de la gracia de Dios. Se usa los domingos y días de semana del tiempo ordinario. En la vida ordinaria debemos caminar con la esperanza puesta en el cielo.

  • Morado o violeta: es el rojo y negro amortiguados o si se quiere, un color oscuro y como impregnado de sangre; es signo de penitencia, de humildad y modestia; color que convida al retiro espiritual y a una vida algo más austera y sencilla, exenta de fiestas. Se emplea durante el Adviento y la Cuaresma, vigilias, sacramentos de penitencia, unción de enfermos, bendición de la ceniza. Y hoy reemplaza al negro, que se utilizaba en las exequias de difuntos.
  • Negro: es el color de los lutos privados, domésticos y sociales. Hoy se cambia por el morado para que así resplandezca mejor el misterio Pascual.
  • Rosa: es símbolo de alegría, pero de una alegría efímera, propia solamente de algunos días felices, de las estaciones floridas de cierta edad. Se puede usar en los domingos Gaudete y Laetare , tercer domingo de Adviento y Cuaresma, respectivamente. Es para recordar a los ayunadores y penitentes de esas dos temporadas la cercanía de la Navidad y Pascua.
  • Azul: color del cielo. Se puede usar en las misas de la Virgen, sobre todo el día de la Inmaculada Concepción.


    Todos estos colores deben estar marcados también en nuestro corazón:
  • Debemos vivir con el vestido blanco de la pureza, de la inocencia. Reconquistar la pureza con nuestra vida santa.
  • Debemos vivir con el vestido rojo del amor apasionado a Cristo, hasta el punto de estar dispuesto a dar nuestra vida por Cristo, como los mártires.
  • Debemos vivir el color verde de la esperanza teologal, en estos momentos duros de nuestro mundo, tendiendo siempre la mirada hacia la eternidad.
  • Debemos vivir el vestido morado o violeta, pues la penitencia, la humildad y la modestia deben ser alimento y actitudes de nuestra vida cristiana.
  • Debemos vivir el vestido rosa, solo de vez en cuando, pues toda alegría humana es efímera y pasajera.
  • Debemos vivir con el vestido azul mirando continuamente el cielo, aunque tengamos los pies en la tierra.

  • Elementos Literarios
    El Misal, el Breviario o Liturgia de las Horas, el Ritual.


    Elementos Literarios
    Elementos Literarios
    Entre los elementos de la liturgia se destacan por su importancia y riqueza los libros sagrados. En ellos están contenidos todos sus ritos y fórmulas, su canto y sus ceremonias. Su creación, custodia y desarrollo competen a la Sede Apostólica, a través, principalmente de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y de las conferencias episcopales en lo que les corresponde, siempre en comunión con el Santo Padre, el Papa.

    Al inicio de la Iglesia sólo se usaban el Antiguo y el Nuevo Testamento. Al desarrollarse las ceremonias litúrgicas también se hizo necesario el desarrollo de los libros para una riqueza litúrgica. Así nació el Canon de la Misa, con los primitivos dípticos para recordar las intenciones y nombres recomendados de la comunidad cristiana.

    La fe cristiana los revistió de belleza externa, igual que a los vasos y objetos del altar. Hoy podemos admirarnos ante los hermosos evangeliarios, cantorales y rituales, en pergamino ricamente miniados y encuadernados.

    Los libros litúrgicos latinos tradicionales son éstos: el Misal, el Breviario o Liturgia de las Horas, el Ritual, el Pontifical, el Leccionario. Complemento del Misal es el Oracional.


    a) El Misal contiene todos los textos oficiales necesarios para la celebración del Santo Sacrificio de la Misa.

    b) El Breviario o Liturgia de las Horas reúne los salmos, antífonas, lecturas, versículos, responsorios, cánticos, himnos y oraciones de la Divina Alabanza de cada día.

    c) El Ritual es el manual sacerdotal que contiene las preces y fórmulas y ritos oficiales para la administración de los sacramentos y sacramentales, las procesiones clásicas y toda clase de bendiciones.

    d) El Pontifical contiene los textos y rúbricas de ciertas funciones solemnes propias de los obispos: confirmación y orden sagrado; consagraciones y dedicaciones de templos y altares; coronación de sagradas imágenes, santos óleos; bendiciones de abades y abadesas; consagraciones de vírgenes, etc.

    e) El Leccionario repartido en varios tomos, contiene las lecturas bíblicas de todo el año litúrgico, en tres ciclos anuales (A,B,C). Recoge lo más importante de la Biblia. Son lecturas muy bien escogidas y concuerdan con el espíritu del ciclo anual temporal y santoral, y particularmente dominical.

    f) El Oracional es el libro de la oración de los fieles, que se reza después del Credo y donde elevamos nuestras peticiones por la Iglesia, por el mundo y por nuestras necesidades particulares.

    (más información en http://es.catholic.net)


    miércoles, 10 de octubre de 2012

    Actividades sobre las religiones

    LAS GRANDES RELIGIONES DEL MUNDO ACTUAL

    El Sintoismo




    El Judaismo






    Así nacio el Judaísmo

     


    Grandes civilizaciones: El pueblo hebreo

    El Islam



    Así nacio el Islam


    Grandes Civilizaciones: el Islam






    El Hinduismo




    El Budismo




    Vida de Buda:





    4 grandes Religiones del mundo

    Descripción breve de las 4 religiones principales del mundo, en orden de acuerdo a la cantidad de seguidores.





    El Cristianismo



    San Juan de Ávila, nuevo Doctor de la Iglesia.

    Superación

    Seréis fuertes



    LO IMPORTANTE NO ES NO CAER,
    SINO APRENDER A LEVANTARSE

    PARÁBOLAS: El hijo pródigo (versión moderna)



    Enlace interesante sobre las Parabolas:

    Para mí la vida es Cristo

    ¿Quién era Jesús?






    miércoles, 3 de octubre de 2012

    RELIQUIA DE DON BOSCO

    OCTUBRE 2012   PEREGRINACIÓN DE LA RELIQUIA DE DON BOSCO

    PROGRAMA
     1-7 y 8-11 octubre
    Conocemos a Don Bosco
    9-10-11 octubre
    Triduo en la parroquia de María Auxiladora
    13 Octubre, sábado
    21.00- Recibimiento de la URNA en Salesianos - Los Dolores
    BIENVENIDA
    Breve celebración y buenas noches
    Acompañamiento con la Agrupación Musical Nuestra Señora La Soledad

    23.00 - VIGILIA - Centro Juvenil Áncora
    14 Octubre, domingo
    10.00- Deportes y juegos
    12.00- EUCARISTÍA  
    Preside: D. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena
    (Habrá pantalla gigante en el Teatro para los que no puedan acceder al interior de la iglesia)
    13.00- juegos
    14.30- COMIDA COMPARTIDA 
    en el bar y bajo los pinos.
    18.00- TEATRO - Centro Juvenil
    "Bienvenido Mr. Bosco"
    20.00- MENSAJES COMPARTIDOS
    Don Bosco nos habla - nosotros hablamos
    Buenas noches
    Durante todo el día la iglesia permanecerá abierta para visitas individuales y de grupos
    15 Octubre, lunes
    09.00- A lo largo de lamañana LOS ALUMNOS VISITAN y ESCUCHAN A DON BOSCO  y hablan con él.




    Si quieres puedes ver la película sobre la vida de Juan Bosco:






    13.00-  ACTO DE DESPEDIDA
    En el aparcamiento de la iglesia.
    La urna con las reliquias contiene una réplica de la imagen exacta de Don Bosco, tal como se halla en la Basílica de María Auxiliadora en Turín. En el interior, en una caja lacrada y oculta en el pecho, viene la reliquia de un hueso del brazo derecho del Santo.
    La urna está dando la vuelta al mundo desde el año 2009, año en el que conmemoramos los 150 años de la fundación de los salesianos, hasta el año 2015, en que se celebrará el bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
    Actualmente los salesianos están en 130 países y la Familia Salesiana continua la misión de Don Bosco atendiendo a los jóvenes, especialmente necesitados, y a las clases populares.