martes, 1 de noviembre de 2011

Cine-forum: "Nadie es, si se prohíbe que otros sean"









 La acción nos sitúa en el sur de los Estados Unidos, en 1964. Una época de convulsiones sociales y conflictos raciales en la Norteamérica más profunda. El terror ha renacido en los márgenes del Mississippi de la mano del Ku Klux Klan. Dos hombres blancos y uno negro, defensores de los derechos civiles de la población negra, han desaparecido misteriosamente. Dos agentes del F.B.I. con unas personalidades muy dispares, interpretados por Gene Hackman y Willem Dafoe, son los encargados del caso. Pero la violencia no ha hecho más que empezar, y tendrán que poner en juego sus vidas si quieren solucionar la situación. El caso trasciende a todo el país, y enseguida se organizan movilizaciones y protestas.
Está basada en unos sucesos reales, que tuvieron lugar durante el llamado "Verano de la libertad". Las voces de los líderes negros comenzaban a sobresalir en Estados Unidos, pidiendo justicia e igualdad de derechos con los ciudadanos blancos. Dirigida con sobriedad por el prestigioso Alan Parker, artífice de El expreso de medianoche, la película mantiene la tensión en todo momento y consigue implicar al espectador en la acción. La interpretación de Gene Hackman es soberbia.

Lee el siguiente documento y dime que te sugiere:
"Al principio, el Klan sólo escarmentaba a los negros. Les quemaban la casa, mataban a su ganado, los apaleaban y, si estaban furiosos, ahorcaban al padre de familia en el árbol más cercano. Lo normal. Como yo no era negro nunca hice nada por impedirlo. Sin embargo, poco después el Klan comenzó a perseguir a los judíos. Los acusaban de haber matado a Jesús y de llevar desde siempre conspirando contra los cristianos, acumulando riquezas y provocando catástrofes por todo el mundo. Por ello los apalearon y los expulsaron del pueblo. Como yo no era judío tampoco me molesté en ayudarlos. Algún tiempo después les llegó el turno a los católicos. Para el Klan no eran más que un atajo de papistas que no respetaban la democracia americana, ya que obedecían a un dictador romano. Yo no era católico, así que permanecí de nuevo impasible. Porque yo era un auténtico WASP, un blanco anglosajón protestante, el escalón más alto de la Creación. Pero un día el Klan llamó a mi puerta y me dijo que había que purificar la raza elegida. Y yo no era puro, según ellos. No era un blanco caucásico, sino, en sus palabras, un asqueroso blanco latino. Que mi estirpe degeneraría la raza llamada a gobernar sobre todos los hijos de los hombres. Por eso quemaron mi casa, mis vacas, me golpearon y prepararon la soga. Por traidor, amigo de negros, judíos y católicos. Y como no quedaba ya nadie que pudiera ayudarme, me encontré completamente sólo. Y entonces maldije mi ignorancia y mi pasividad durante tantos años de barbarie que había contemplado delante de mis ojos. Y, aunque demasiado tarde, comprendí al fin."

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