martes, 30 de junio de 2015

LA CLASE DE RELIGIÓN CATÓLICA

Cada año tras del Vaticano II y de la Constitución del 1978, más los vigentes Acuerdos Iglesia - Estado y el deseo mayoritarios de los padres, la enseñanza religiosa escolar tropieza con obstáculos y dificultades desde la política: hay discriminación como asignatura en horas y tiempos, siendo libre para los alumnos, pero obligatoria su oferta y debe tener su evaluación como las materias que se cursan, por derecho y sentido común y por la realidad social e histórica de España. Si se cerraran iglesias y Catedrales, y se vaciaran archivos y bibliotecas, haríamos un atropello contra nuestra historia y contra la cultura que tenemos como herencia. La educción religiosa escolar la piden el 63,5 % de los alumnos. Y tiene sus razones. Se trata de un derecho, no de una concesión gratuita ni de un privilegio discriminatorio cuando tanto se invoca la igualdad de oportunidades. Es al contrario, la discriminación antidemocrática sectaria e injusta es la campaña sistemática contra esta asignatura. Ofertar la clase de religión no es atentar contra la laicidad ni con la aconfensionalidad del Estado. Este no es sujeto de fe ni espera nada en la eternidad; es organización funcional de servicio al bien común. Pero se pasa con la discriminación, con el asedio y menosprecio del derecho de los padres que piden religión para sus hijos, según sus convicciones y la Declaración Universal de los Derechos humanos (Art. 26,2 y 3) y Constitución Española (Art 27,3).


La clase de Religión- de la religión que sea – no va contra nada ni contra nadie. Ni excluye el derecho de quienes no quieren acudir a ella. La Religión  en general educa en la convivencia, justicia,  respeto, solidaridad y en valores auténticos e imperecederos y en la responsabilidad ética y moral. Valora el trabajo, el orden y una la educación de calidad. La clase de educación católica ayuda a des cubrir  la verdad del  hombre y del sentido de la v ida; valora la dimensión transcendente y religiosa de la persona, afirma la dignidad humana y respeta lo diverso y plural; fomenta y promueve el conocimiento y el diálogo entre las diversas religiones y las tradiciones culturales. Y ante todo la clase de Religión católica presenta a la figura más fascinante de la Historia: Jesucristo, que es más fecunda y la más duradera de las  revoluciones. El progreso de  la libertad, de la solidaridad, de los derechos humanos y del desarrollo integral, han crecido y crecen allí donde arraiga y es acogido el mensaje de Jesucristo. La educación  de be estar siempre abierta a la vida y a las  vidas presentes y futuras de los alumnos, la clase de religión enseña contenidos, realidades y valores cargados de fuerza interdisciplinar. Pero el cristianismo vive entre las persecuciones del mundo y las consolaciones de Dios.

   La presencia y la historia del cristianismo, han sido y son un bien para la humanidad. Por sus santos, mártires, misioneros, personas consagradas  y seglares, Europa de primer continente evangelizado ha sido el más evangelizador. Aquí han existido  luchas y persecuciones religiosas, rupturas de la Cristiandad y las guerras más atroces entre naciones  de cultura cristiana, En España se proclamaron derechos:”la vida, a la libertad y a la propiedad” y en Francia “libertad, igualdad y fraternidad” pero en los dos últimos siglos hemos padecido las locuras de guerras europeas y mundiales, verdadero escándalo para el mundo. Y a pesar de todo Europa ha sido y España se ha distinguido, por la defensa de la  Cristiandad y extender el Evangelio por el mundo. Más de la mitad de la  Iglesia católica se dirige a Dios con  un mismo idioma, el español y otra gran parte se ha beneficiado de su influencia. La religión y la moral católica son hoy un referente de esperanza para pueblos que necesitan desarrollarse con los Derechos humanos y las Leyes universales, respetando  los Mandamientos, su referencia esencial.

Vicente Langreo ( http://eldiadigital.es)

miércoles, 10 de junio de 2015

VIDEOTECA BÍBLICA

Materiales visuales relacionados con la Biblia

Las Fiestas judías y su relación con Jesús

Las Fiestas judías y su relación con Jesús

 

Estamos haciendo algunas entradas sobre términos y conceptos judíos que se manejaban en el tiempo del Señor y nos vamos a detener un poco en algunas ideas generales sobre las festividades religiosas judías en tiempos del Señor.

Criterios de interpretación

Como se verá con más detenimiento al estudiar cada una, todas las fiestas judías tienen un triple fundamento:

1.                 En un principio está el origen natural de las fiestas en cuanto procedentes de las religiones naturales; aquí se destaca su vinculación con la creación y con la búsqueda de Dios por parte de la humanidad a través de la creación;

2.                 Después se les da a las fiestas un sentido de recuerdo, de conmemoración y representación de las acciones salvadoras de Dios en la historia de la Salvación vivida por Israel.


3.                 Por último, la fiesta actualiza en una esperanza auténtica: el pasado de Dios asegura el porvenir del pueblo. Pero también, poco a poco se da paso del recuerdo del acontecimiento salvífico pasado a la esperanza mesiánica, a la espera de la futura acción salvífica perfecta. En este sentido la fiesta alcanza su cumplimiento en Jesucristo.

1.     El origen natural de las fiestas religiosas

El retorno del ciclo lunar, que delimitaba el mes israelita, dio muy naturalmente lugar a fiestas: a veces la luna llena (Sal 81,4), ordinariamente la luna nueva (neomenia: 1Sa 20,5; 2Re 4,23; Am 8,5), finalmente el sábado que fijaba el ritmo de la semana (Éx 20,8-11). El ciclo solar traía consigo la fiesta del Año Nuevo, conocida en todas las civilizaciones; en un principio se unió a la fiesta de la recolección en otoño (Éx 23,16), luego a la pascua de la primavera (Éx 12,2); de esta liturgia derivan ciertos ritos del día de la expiación (cf. Lev 16).
Además del marco formado por el ritmo de los astros, la vida cotidiana del israelita, pastor y luego agricultor, dio lugar a fiestas que tienden a confundirse con las precedentes. El día de Pascua, fiesta pastoril de primavera, tenía lugar la ofrenda de las primicias del ganado; el trabajo de la tierra dio origen a tres grandes fiestas anuales: ázimosen primavera, mieses o semanas en verano, recolección o vendimia enotoño (Éx 23,14-17; 34,18.22). El Deuteronomio une la pascua a los ázimos y da a la fiesta de la recolección el nombre de fiesta de los tabernáculos (Dt 16,1-17). Ciertos ritos de las fiestas actuales no pueden comprenderse sino en razón de su abolengo pastoril o agrario.
Después del exilio aparecieron algunas fiestas secundarias: Purim(Est 9,26; cf. 2Mac 15,36s), dedicación y el día de Nicanor (1Mac 4,52-59; 7,49; 2Mac 10,5s; 15,36s).

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2.     El sentido de la fiesta en el marco de la historia de la Salvación

Israel celebra a su Dios por diversos títulos. Al Creador se le conmemora cada sábado (Ex 20,11); el Libertador de Egipto está presente no sólo el día del sábado, sino también en la fiesta de pascua(Dt 5,12-15; 16,1); la fiesta de los tabernáculos recuerda las marchas por el desierto y el tiempo de los esponsales con Yahvé (Lev 23,42s; cf. Jer 2,2); finalmente, el judaísmo tardío asoció a la fiesta de lassemanas o Shavuot (en griego pentecostés) el don de la ley en el Sinaí. Así las fiestas agrarias se convertían en fiestas conmemorativas. Así por ejemplo,  en la oración del israelita que ofrece sus primicias se eleva la acción de gracias, tanto por los dones de la tierra como por las grandes gestas del pasado (Dt 26,5-10).

3.     El sentido esperanzador y mesiánico de las fiestas religiosas judías y su cumplimiento en Jesucristo.

La fiesta también actualiza en una esperanza auténtica el término de la salud: el pasado de Dios asegura el porvenir del pueblo. Por ejemplo, el éxodo conmemorado en la pascua anuncia y garantiza un nuevo éxodo: Israel será un día definitivamente liberado (Is 43,15-21; 52,1-12; 55,12s); el reinado de Yahveh se extenderá a todas las naciones, que subirán a Jerusalén para la fiesta de los tabernáculos (Zac 14,16-19). El pueblo debe, por tanto, “llenarse todo de gozo” (Sal 118; 122; 126): ¿no está en presencia de Dios (Dt 16, 11-15; Lev 23,40)?
Por ejemplo, en la Fiesta de la Pascua se celebra la “liberación” del pueblo judío de la esclavitud egipcia… y siempre va conectada con el “Paso del Mar Rojo” y la entrada a una “nueva vida de libertad” (Éxodo 12 y 14). Son 8 días de fiesta que se celebran en la primera luna llena de la primavera, en el mes de Nisán. Se corresponde a nuestra “Semana Santa”, en la que celebramos la liberación de la esclavitud del pecado por la Cruz de Cristo, y la entrada a una “nueva vida en Cristo”, por su gloriosa resurrección. En la Cena Pascual fue cuando Jesús instituyó la Eucaristía y el Sacramento del Sacerdocio. Otro ejemplo, en la Fiesta de “Pentecostés”, es decir “50 días después de la Pascua”, y se celebraba la Fiesta de la cosecha del trigo o Shavuot y la promulgación de los 10 Mandamientos a Moisés, que ocurrió en torno a esa fecha tras la liberación (Ex 24:12ss). Esta Fiesta alcanza su plenitud con la “venida del Espíritu Santo”, que según las profecías mesiánicas, grabará los Mandamientos, no en piedra, sino en nuestras mentes y corazones (Ez 36:26: “Y os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”; Jer 31:33; cfr. Hechos 2).

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4.     Relación de las Fiestas judías con la vida pública del Señor.

La presente relación es solo un esquema que procuraremos ir completando poco a poco:
1.                 Justo al comienzo de la actividad de Jesús se encuentra la «Pascua de los judíos», de la cual se deriva el tema del templo verdadero y con ello el tema de la cruz y la resurrección (cf. Jn 2, 13-25).

2.                 La curación del paralítico, que ofrece la ocasión para la primera gran predicación pública de Jesús en Jerusalén, aparece de nuevo relacionada con «una fiesta de los judíos» (Jn 5,1), probablemente la«fiesta de las Semanas»: Pentecostés.


3.                 La multiplicación de los panes y su explicación en el sermón sobre el pan –la gran predicación eucarística del Evangelio de Juan– están en relación con la fiesta de la Pascua (cf. Jn 6, 4).

4.                 También el acontecimiento de la transfiguración de Jesús, transmitido en los sinópticos, está dentro del marco de las fiestas de la Expiación y de las Tiendas, y así remite al mismo trasfondo teológico.


5.                 El gran sermón sucesivo de Jesús con la promesa de los «ríos de agua viva» se pone en el contexto de la fiesta de las Tiendas (cf. 7, 38s).

6.                 Finalmente volvemos a encontrar a Jesús en Jerusalén durante el invierno, en la fiesta de la Dedicación del templo (Janukká) (cf Jn 10, 22).


7.                 El camino de Jesús culmina en su última fiesta de Pascua (cf. Jn 12, 1), en la que Él mismo, como verdadero cordero pascual, derramará su sangre en la cruz.

8.                 Además, veremos que la oración sacerdotal de Jesús, que contiene una sutil teología eucarística como teología de su sacrificio en la cruz, se desarrolla completamente a partir del contenido teológico de la fiesta de la Expiación, de forma que también esta fiesta fundamental de Israel incide de manera determinante en la formación de la palabra y la obra de Jesús.


9.                 La resurrección del Señor acontece con bastante probabilidad en la Fiesta de la Primicias de la cosecha de cebada.
Nos parece interesante hacer este estudio, porque si tenemos presente este arraigo en las festividades religiosas de muchas de las predicaciones de Jesús, podremos entender mejor su fuerza vital y su profundidad teológica.

BIBLIOGRAFÍA
·                     Jesús de Nazaret I, por Benedicto XVI
·                     Wikipedia
·                     Fiestas
·                     Jean Danielou, Catequesis en la tradición patrística


https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2015/06/10/las-fiestas-judias-y-su-relacion-con-jesus/


jueves, 4 de junio de 2015

4 de junio 2015: CORPUS CHRISTI

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.


La celebración se lleva a cabo el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección). Específicamente, el Corpus Christi es el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. En algunos países esta fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral.








martes, 2 de junio de 2015

LAS CRUZADAS







Historia de la Iglesia: Concilio Vaticano II

El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica convocado por el papa Juan XXIII, quien lo anunció en el mes de enero de 1959. Fue uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX.

El Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas fue presidida por el mismo Papa en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue el latín.

Fue el Concilio que contó con más representación de todos, con una media de asistencia de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas. Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas.

El Concilio se convocó con los fines principales de:

Promover el desarrollo de la fe católica. 
Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles. 
Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo. 
Lograr la mejor interrelación para con las demás religiones, principalmente las orientales. 
Se pretendió que fuera un aggiornamento o puesta al día de la Iglesia, renovando los elementos que más necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

Pretendió proporcionar una apertura dialogante con el mundo moderno, actualizando la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma, incluso con nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y antiguos.

El Concilio Vaticano I (1869-1870) no había terminado debido a la suspensión impuesta por el estallido de la guerra franco-prusiana. Algunos querían que se continuara este concilio pero no fue así. Los sectores más liberales o modernistas dentro de la Iglesia lo consideran uno de los 5 concilios más importantes (Niceno I, Calcedonense, Lateranense IV, Tridentino y Vaticano II). Trató de la Iglesia, la revelación, la liturgia, la libertad religiosa, etc. siendo sus características más importantes la renovación y la tradición.

En cambio los sectores más conservadores aplican un término llamado la hermenéutica de la continuidad para leer los textos conciliares a la luz de la Tradición y el Magisterio bimilenario para que no entre en contradicción.

Pero los sectores tradicionalistas, como la Hermandad San Pío X denuncian que el Concilio enseña errores y que hay puntos que deben ser condenados porque contradicen abiertamente la Tradición, el Magisterio Papal y de los anteriores Concilios de la Iglesia católica.













Historia de la Iglesia: Concilio de Trento

Trento no pudo ser un concilio para unir católicos y protestantes; pero fue el gran concilio de la Reforma católica. Su obra fue extraordinaria tanto en el campo doctrinal como en el disciplinar. Dentro del primero, se declaró ante todo que la Revelación divina se ha transmitido por la Sagrada Escritura interpretada por el Magisterio de la Iglesia y la Tradición apostólica. El concilio abordó el tema clave de la justificación y, frente a las teologías luterana y calvinista, declaró que la gracia divina y la cooperación libre y meritoria de la voluntad humana obran en concurrencia la justificación del hombre. El otro tema dogmático tratado por el concilio fue el sacramental, donde tanta confusión habían sembrado los protestantes: se definió la doctrina de los siete Sacramentos y las notas propias de cada uno de ellos.

En el plano disciplinar la obra de Trento fue también trascendental. Se procuró con empeño la supresión de los abusos existentes en la vida eclesiástica, con el fin de asegurando una eficiente acción de los sacerdotes. Un episcopado plenamente dedicado a su ministerio, un clero bien formado y de elevada moralidad fueron metas de la legislación tridentina. Se exigió la residencia a obispos y párrocos, se prohibió la acumulación de beneficios, se dispuso la periódica reunión de concilios provinciales y sínodos diocesanos, se urgió la visita pastoral. La formación del clero tanto intelectual como espiritual se haría en el seminario que había de existir en cada diócesis; y los sacerdotes en sus respectivas parroquias tenían que impartir la catequesis a los niños y la instrucción religiosa de los fieles. 

Tal fue, a grandes rasgos, la obra reformadora del concilio de Trento, una obra que suscita todavía admiración al cabo del tiempo; pero quizá lo más admirable sea comprobar que este gran programa de renovación cristiana no quedó en letra muerta, sino que se hizo realidad viva en la época que siguió a la clausura del concilio.
















La Reforma Protestante. Lutero








EL DOGMA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO

La Santísima Trinidad en los primeros cristianos

¿Evolucionan los dogmas en la Iglesia? Teniendo en cuenta el desarrollo histórico de la Iglesia, podríamos decir que si bien no evolucionan en cuanto a su contenido (la verdad es la misma ayer, hoy y mañana), se desarrollan en cuanto a la conciencia que de ellos va adquiriendo la Iglesia. Así, el tiempo ha permitido que la terminología vaya enriqueciéndose para expresar de forma más precisa, lo que la Iglesia ha creído siempre.

Los padres de la Iglesia primitiva ya utilizaban el término “Trinidad”

Respecto al dogma sobre la unidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ya en los primeros cristianos surge el término “Trinidad”, como una forma de definir el misterio de que hay un solo Dios en Tres Personas distintas que tienen una misma naturaleza o sustancia.
Aunque algunas personas defienden que la doctrina Trinitaria fue “inventada” bajo la influencia del paganismo sobre el cristianismo, nada mejor que estudiar el testimonio de los primeros cristianos anteriores al Concilio de Nicea (año 325) para conocer cuál fue el verdadero desarrollo de la doctrina Trinitaria a lo largo de la historia. 
El Testimonio de los primeros cristianos

1. La Didaché

La Didaché es un excelente testimonio del pensamiento de la Iglesia primitiva, y lo mencionamos por incluir un testimonio de cómo la fórmula bautismalTrinitaria era utilizada por la Iglesia Primitiva.
“Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva.”   (Didaché, VII, 1)

 2. El Martirio de Policarpo (155 d.C.)

Es una carta de la Iglesia de Esmirna a la comunidad de Filomeno donde se narra el martirio de San Policarpo, discípulo directo del apóstol San Juan y obispo de Esmirna. Es uno de los escritos apostólicos que hace uso de las bellas doxologías Trinitarias que expresan tan claramente el dogma Trinitario.
“A Él [Jesucristo] sea la gloria con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.” (Martirio de Policarpo, XXII, 3)

3. Arístides de Atenas(mitad del siglo II)

Dejó una apología de la fe dirigida al emperador Adriano César. En dicha apología Arístides utiliza la fórmula Trinitaria mencionando a las tres Personas Divinas.
“Este tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza de Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos lugares predicando la doctrina de la verdad, pues conocen al Dios creador y artífice del universo en su Hijo Unigénito y en el Espíritu Santo, y no adoran a ningún otro Dios fuera de éste.” (Arístides, Apología XV, 2)

4. Atenágoras de Atenas (178 d.C.)

Atenágoras aún sin usar el término Trinidad es bastante explícito al definirla. He aquí su forma de explicar la Trinidad:
“Así, pues, suficientemente queda demostrado que no somos ateos, puesadmitimos a un solo Dios increado y eterno e invisible, impasible, incomprensible e inmenso, sólo por la inteligencia a la razón comprensible… ¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a quienes admiten a unDios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que muestran su potencia en la unidad y su distinción en el orden?” (Atenágoras de Atenas, Súplica en favor de los cristianos)

5. San Ireneo de Lyon(140 d.C.- 202 d.C.)

San Ireneo en su célebre tratado “Contra las Herejías” expresa con claridad la fe Trinitaria de la Iglesia en un Solo Dios Padre, un Solo Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo. Jesucristo es para los cristianos “Señor y Dios y Salvador y Rey”. Particularmente importante es el testimonio de San Ireneo sobre que dicha doctrina es predicada y creída por todas las Iglesias del orbe, cual si tuvieran una sola boca o un solo corazón, ya que este testimonio es bastante anterior al concilio de Nicea.
 “Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con El antes de la creación.”  (Ireneo de Lyon, Contra las herejías IV,20,3)

6. Teófilo de Antioquía (180 d.C.)

Así como Tertuliano sería el primero en utilizar el vocablo latino TrinitasSan Teófilo sería el primero en utilizar la palabra griega Τριας (trinitas) para expresar la unión de las tres Divinas Personas en Dios.
“Los tres días que preceden a la creación de los luminares son símbolo de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría.” 
“Teniendo, pues, Dios a su Verbo inmanente en sus propias entrañas, le engendró con su propia sabiduría, emitiéndole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo El por ministro de su creación y por su medio hizo todas las cosas….Este se llama principio, pues es Príncipe y Señor de todas las cosas por Él fabricadas.”  (Teófilo de Antioquia, Ad Autolycum, II,15)

7. Tertuliano(160 – 220 d.C.)

Tertuliano
 Fue el primero en aplicar el vocablo latino Trinitas(Trinidad) a las tres divinas Personas. En “De pudicitia” escribe:
“..Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo.”  (Tertuliano, Sobre la modestia, 21)
En “Adversas Praxean” da una explicación de la doctrina Trinitaria aún más completa.  Afirma que el Hijo es “de la substancia del Padre”Filium non aliunde deduco, sed de substantia Patris, y el Espíritu es “del Padre por el Hijo”: Spiritum non aliunde deduco quam a Patre per Filium.
Si la pluralidad en la Trinidad te escandaliza, como si no estuviera ligada en la simplicidad de la unión, te pregunto: ¿cómo es posible que un ser que es pura y absolutamente uno y singular, hable en plural: “Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”?
Tertuliano se sirve del término “persona” para explicar que la Palabra (lógos) es distinto del Padre en “en el sentido de persona, no de substancia, para distinción, no para división” y la cual aplica también al Espíritu Santo a quien llama “la tercera persona”.

8. Orígenes (185 – 254 d.C.)

Orígenes utiliza frecuentemente el término Trinidad y que el Hijo procede el Padre, y dado que Dios es eterno, sigue que este acto de generación es también eterno, por lo que el Hijo no tiene principio y no hubo un tiempo en que Él no existiera. 
De este modo, se opone con antelación a la herejía del arrianismo que afirmaría posteriormente lo opuesto: que hubo un tiempo en que el Hijo no existía.

9. Justino Mártir (165 d.C.)

En su primera apología distingue claramente y por orden a las Tres Personas Divinas:
“Y luego demostraremos que con razón honramos también a Jesucristo, que ha sido nuestro maestro en estas cosas y que para ello nació, el mismo que fue crucificado bajo Poncio Pilato, procurador que fue de Judea en tiempo de Tiberio César, que hemos aprendido ser el Hijo del mismo verdadero Dios y a quien tenemos en segundo lugar, así como al Espíritu profético tenemos en el tercero.” (Justino Mártir, Apología I, 13,3)


10. San Cipriano de Cartago (205 – 258 d.C.)

 Nació hacia el año 205, probablemente en Cartago. Se dedicó en su juventud a la retórica. En 248, San Cipriano fue elegido obispo de Cartago.
Cipriano de Cartago declara la divinidad de Cristo numerosas veces, y afirma que quien niegue que Cristo es Dios no puede ser templo de Dios.
“Después de la resurrección, cuando el Señor envió los apóstoles a las naciones, Él les ordenó bautizar a los gentiles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Cristo mismo ordenó que las naciones sean bautizadas en la completa y unida Trinidad.  (Cipriano de Cartago, Carta 73,18)

11. Dionisio de Roma (Siglo III)

Siendo Papa desde el 259 al 268 combatió el modalismo y el subordinacionismo. En la carta a Dionisio de Alejandría el Papa dice Es necesario, sin embargo, que la palabra divina [Jesucristo] esté unida con Dios del Universo; y el Espíritu Santo debe respetar y morar en Dios. Por tanto la Trinidad Divina debe ser reunida en Una, una cumbre, como si fuera – quiero decir, el Dios Omnipotente del Universo.”
“Ni entonces podemos dividir en tres cabezas divinas la maravillosa y divina monarquía, ni desacreditar llamando “obra” la dignidad y excelente majestad de nuestro Señor, pero debemos creer en Dios, el Padre Todopoderoso, y en Jesús su Hijo , y en el Espíritu Santo, y sostenemos que a el Dios del universo la Palabra está unida.”  (Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría)

Conclusión
Después de haber estudiado los principales testimonios patrísticos anteriores al Concilio de Nicea (325 d.C.) no es difícil darse cuenta que la doctrina Trinitaria no es ninguna novedad y mucho menos un invento del paganismo. La Iglesia fue fiel en reconocer que hay un solo Dios, siendo el Padre Dios, el Hijo Dios, y el Espíritu Santo Dios, y esta verdad era comprendida y enseñada con mayor o menor claridad en la Iglesia de los primeros cristianos.
Es claro también que la mayoría de ellos rechazaban abiertamente tanto elarrianismo (que afirmaba que Jesucristo era un dios menor creado subordinado al Padre y que alguna vez no existió) y el modalismo (que afirmaba que había una sola Persona Divina en Dios, siendo el Hijo el Padre y viceversa, pero manifestados de manera diferentes).
Ciertamente algunos padres no comprendieron en su totalidad el misterio Trinitario, cosa totalmente comprensible en una materia de tanta complejidad. Han sido precisamente conflictos tan graves como el arrianismo y otras herejías, las que han dado oportunidad a la Iglesia para profundizar en estas verdades de fe.
José Miguel Arráiz http://www.apologeticacatolica.org