lunes, 11 de febrero de 2013

El Papa Benedicto XVI anuncia su renuncia.



El portavoz oficial de la Santa Sede anunció durante la sala de prensa con los medios de comunicación presentes en el Vaticano, que desde el 28 de febrero, día en que entra en vigor la dimisión y, en consecuencia, queda la Sede Vacante, Joseph Ratzinger se trasladará a Castel Gandolfo y, posteriormente, vivirá en el monasterio de clausura que se encuentra dentro de la Ciudad del Vaticano. Ese monasterio actualmente está en restructuración (en él vivieron durante varios años diversas órdenes femeninas de clausura).

 
Múltiples preguntas se plantean tras el anuncio de la dimisión de Benedicto XVI. En la historia contemporánea no se ha dado una situación similar por lo que surgen constantes dudas sobre su relevo, la elección de su sucesor y las posibilidades de la dimisión.





La posibilidad de renunciar

Así lo establece el Derecho Canónico en el Canon 332, párrafo 2, que dice: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”.

Los comentaristas al Derecho Canónico han mencionado que, si bien la fórmula del canon no exige una forma determinada, lo lógico sería que fuera por escrito y ante testigos, ya que éste es el procedimiento ordinario para actos de este tipo.

Por lo tanto el Papa puede renunciar y nadie debería mostrar ningún recelo si esto sucediera: el Derecho Canónico lo prevé y lo reglamenta. ¿Cuántos hombres a los 80 años después de una vida de trabajos no se jubilan y gozan de una pensión sin que nadie se extrañe?

En la Historia de la Iglesia han sido pocos los casos de dimisión del Pontífice. Uno de los más célebres fue el de Benedicto IX, elegido en 1032. Poco se sabe de él, de acuerdo a la tradición conservada por la Abadía de Grottaferrata, donde murió haciendo penitencia después de su dimisión.

En 1294 Pietro del Morrone, un anciano de 80 años, eremita benedictino que vivía exclusivamente dedicado a la oración y a la penitencia, fue elegido Papa por un consistorio de 12 cardenales entre los cuales, lógicamente, no se encontraba él. Fue elegido el 5 de julio de 1294, consagrado solemnemente el 29 de agosto del mismo año en la Iglesia de Santa Maria del Collemaggio, en la zona italiana de Aquila, tomando el nombre de Celestino V. Renunció el 13 de diciembre de 1294, al declararse sin experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia, retirándose a vivir nuevamente su vida de oración y sacrificio. Fue canonizado el 5 de mayo de 1313 y se le conoce como el “Papa Angélico” por el interés que tuvo en vivir siempre el ideal de la santidad y el hacer vivir dicho ideal a toda la Iglesia.

El último Papa que renunció fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, quien se retiró en 1415, dos años antes de morir.

Nuestro pontífice actual, Benedicto XVI, ha afirmado en el libro ´Luz del mundo´ (2010), que el Papa puede dimitir cuando considera que no se encuentra capaz física, mental y espiritualmente para desarrollar el encargo confiado. El Papa indica que nota cómo sus fuerzas van disminuyendo y que tal vez el trabajo que conlleva el Pontificado "sea excesivo para un hombre de 83 años". Sin embargo, ha subrayado que no dimitiría a pesar de las dificultades de su Pontificado porque "cuando el peligro es grande no se puede huir" sino que es necesario "resistir y superar la situación difícil".

'Interregnum'
Desde el 28 de febrero, día en que se hará efectiva la dimisión, hasta la elección de un sucesor se da el 'interregnum'. Un periodo durante el cual no puede modificarse el gobierno de la Iglesia. En esta etapa, que estiman durará menos de dos meses contando así con un nuevo Papa para Pascua, es el Cardenal Camarlengo quien ocupa el máximo cargo eclesiástico.

Elección del sucesor

La reunión de cardenales en la Capilla Sixtina es el primer paso para la elección de un sucesor, es lo que se denomina un cónclave. La elección se toma mediante una votación en la que cada cardenal escribe el nombre de su papable favorito, siendo necesarios dos tercios de los votos para designar al elegido. El número de cardenales que participan en la elección no puede superar los 120.

¿Cuál será el cargo de Benedicto XVI?

A partir del uno de marzo, cuando la dimisión se haga real, Benedicto XVI pasará a ocupar el cargo de obispo emérito de Roma. Un cargo al que se accede tras una renuncia y que está dirigido a personas de edad avanzada que, por ello, no puedan hacer frente a su cargo. El obispo emérito no tiene ninguna responsabilidad diocesana pero si puede celebrar misas.

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