ADVIENTO 2014
Primer Domingo
Mc 13,33-37
No podemos vivir adormilados, ni
ir por la vida con el pijama puesto y la mente embotada pensando en el dinero,
o en los regalos o en cosas que, en el fondo, no nos hacen ser felices.
Adviento es tiempo de despertarse con alegría. El reloj del Adviento es reloj
que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos,
activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos encaminamos
hacia Belén. Se ve la
Estrella en el horizonte, la cueva…Ahora toca dejarse prender
por la vela del primer domingo, que nos impulsa a no caminar en la oscuridad ni
en el ensueño, sino en la senda de la búsqueda y del encuentro.
Oración:
Luz del Adviento, despiértanos del sueño de la oscuridad. Encamínanos
por la senda de la sencillez, el desprendimiento y el don de sí.
Mc 1,1-8
Al que prepara el camino al
Mesías, Juan el Bautista, le toca barrer los caminos, quitar obstáculos,
limpiar, arreglar la senda para que se pueda transitar sin dificultad.
Copiémonos de Juan. Vayamos detrás de él con nuestra vela, intentemos prender
luz de la llama de su profunda fe. ¡Pongámonos en camino, con ánimo,
incansablemente! Merece la pena el esfuerzo. No podemos quedarnos parados. Con
el Bautista aprendemos a nos ser protagonistas sino servidores, gente que
señala dónde está Belén, dónde está el misterio del Dios que se encarna y se
hace pobre para compartir nuestra vida. La esperanza del Adviento nos impulsa,
es dinámica, no se puede quedar quieta. ¡Adelante!
Oración:
¡Adelante! Adelante con sueños, dificultades, promesas, deseos, retos…
Adelante en el camino hacia Belén. Que nadie nos pare. Preparémonos por las
sendas de la oración y de la entrega.
Tercer Domingo
Jn 1,6-8.19-28
Busca la luz. No te quedes con
una pequeña lámpara o una linternita. Juan no es la luz. La gente que nos
encandila no es la luz. Nuestros pequeños o grandes ídolos no son la luz. El
Mesías es la LUZ. La
única luz que puede encender nuestra mecha, esa mecha que busca ser prendida
por el que es la LUZ. Esa
mecha que solo queda satisfecha con una LUZ que ilumina en la oscuridad, que
vence a la muerte, que elimina los odios, que nos concede la paz, que guía a
aquellos que quieren adentrarse en el camino único de Belén. Y lo hace desde la
alegría del brillo que ofrece el Amor.
Oración:
Tú eres nuestra luz. Que no te cambiemos a Ti por luces fluorescentes o
destellantes. Tu luz es la única que nos hace ver, que nos guía hacia Belén.
Cuarto Domingo
Lc 1,26-38
El Corazón de María es un corazón
que acoge, que está abierto a la
Palabra, que se ilumina con la Luz verdadera. El Corazón de María nos enseña a
acoger en nuestra vida a Aquel que viene a encender nuestras ilusiones,
esperanzas, proyectos. El Corazón de María se hace uno con el de su Hijo. Es un
Corazón con Luz, porque en ella habita la Luz.
Como María queremos aprender a
acoger la Luz. Queremos
que Jesús esté dentro de nosotros, para que Él bombee nuestro corazón y nos
marque el ritmo de nuestra vida con sus opciones y con su Amor.
Con María hoy queremos cantar que
se haga en nosotros según Tu voluntad.
Oración:
Corazón de María, Corazón abierto a la Palabra, ayúdanos a estar
disponibles a los planes de Dios. Aprendamos a cambiar nuestros esquemas, planteamientos y ocupaciones y seamos más de
Él, como tú.
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