lunes, 26 de octubre de 2015

LAS PLAGAS DE EGIPTO



1. Las aguas convertidas en sangre: Cada una de las plagas de Egipto fue un ataque a los múltiples dioses Egipcios. Por ejemplo, la plaga en las aguas fue una cachetada a dios Khnum, el dador del Nilo; y a Hapy, el espíritu del Nilo; a Sodpet, el dios de las aguas de las inundaciones del Nilo; a Osiris cuyo torrente sanguíneo era el Nilo; a Edjo, la diosa del Delta; a Hatmehyt, diosa guardiana de peces y pescadores; y a varias otras deidades que deben de haber estado cuidando de los Egipcios. Nelson dice: “Es incierto si las aguas realmente se convirtieron en sangre. Es posible que las aguas simplemente aparecieran así. El estudio Bíblico Nelson, menciona “La palabra hebrea traducida como ” sangre” se refiere a un color rojo, como en Joel 2:31… puede ser que Dios haya causado que las lluvias torrenciales inundaran y contaminaran las fuentes del Nilo para crear esta plaga… La tierra roja y las algas harían que las aguas del Nilo aparecieran rojas, haciéndose inadecuadas para beber y deficiente en el contenido de oxígeno para la sobre vivencia de peces” (1997). De hecho, la actividad volcánica o meteórica podría causar una contaminación similar de colorante rojo, como parece ser el caso en un evento futuro profetizado en Apocalipsis 8:8. Y la Biblia parece indicar que hubo un levantamiento geológico en el momento del Éxodo (compare Salmo 114:1-6). En realidad, no importa cual haya sido el cambio real que sufrieron las aguas del Nilo en Egipto, tampoco importa la forma en que Dios lo provocó, lo que sí es importante comprender aquí es que Dios fue el que lo provocó. Y esto claramente fue por medio de un milagro divino.
2. Las ranas: Uno de los dioses venerados por los Egipcios era Heket cuya imagen era una rana o una mujer con la cabeza de una rana. Heket era la diosa del nacimiento, parteras y nacimientos seguros (las ranas, en números moderados, eran vistos como las señales de vida, renovación y felicidad). Después de la superabundancia de ellos, después del hedor de los grandes montones de ranas muertas, parecería que la diosa Heket habría perdido toda credibilidad. Además, el patio de Hapy, incluía dioses cocodrilo y diosas de las ranas. Y los dioses primordiales, Kek y Heh estaban representados cada uno de ellos como un hombre con la cabeza de una rana. Esta plaga, aunque imitada por los magos, causó que el Faraón se rindiera. Pero al prevalecer su obstinación luego cambió de parecer.
3. Los piojos: Aunque los egipcios no veneraron ningún dios piojo específicamente, hasta donde nosotros sabemos, ellos rindieron culto a un Dios insecto— Kheper quien era representado por un escarabajo. Además, debemos de reconocer cómo esta plaga fue una cachetada en la cara a los dioses Egipcios en general, quienes eran incapaces de proteger a sus súbditos de la infestación. De hecho, Har-papá-khered (Horus en forma de niño) fue invocado para que mantuviera fuera a las criaturas peligrosas, mientras Imhotep era aclamado como el dios de la curación medicinal. Pero aún siendo invocados como fueron, no hubo alivio. Incluso el propio Faraón fue considerado un dios. La encarnación divina del cielo y dios del sol Horus. Sin embargo, él sufrió de esta plaga. No pudo ser imitada por los magos esta plaga de infestación de piojos. Por consiguiente, ellos se rindieron. Pero Faraón no lo hizo.

Antes de enviar la cuarta plaga, Dios dice que Él evitaría que ésta y las plagas siguientes afecten a los israelitas en Gosén. Así, las tres primeras plagas habían sido experimentadas por todos, incluyendo a los israelitas. Pero las siete últimas plagas (de 10) afligen solamente a los egipcios. Estas “últimas siete plagas” son distintas, es bastante interesante a la luz del hecho de que encontramos esta frase en Apocalipsis 15:1, con referencia a las plagas finales derramadas sobre una humanidad rebelde – siguiendo un período de sufrimiento que vendrá sobre el pueblo de Dios (físico y espiritual) y sobre el resto del mundo. Y precisamente como en Egipto, el pueblo de Dios del tiempo del fin será protegido de las siete últimas plagas.

4. Moscas: Concerniente a la palabra “moscas”, el Comentario de Jamieson, Fausset y Brown declara que esas “no eran ‘moscas’ como a las que estamos acostumbrados [o quizás no solo tales moscas, como Egipto tenía y aún las tiene] sino diversas clases de moscas [por ejemplo insectos voladores zumbadores] (Sal. 78:45), el tábano, la cucaracha, el escarabajo egipcio, porque todos esos son mencionados por diferentes escritores… La adoración de las moscas, particularmente del escarabajo [en forma del dios escarabajo Kheper], era una parte prominente de la religión de los egipcios antiguos” (1961, nota sobre Éxodo 8:20-31.) Adicionalmente, como las moscas avanzaban a rastras sobre ellos, volaban dentro de sus ojos, cubrían sus alimentos y zumbaban incesantemente en torno de ellos, añadiendo a su miseria, ¿dónde estaba el supremo Amun ayudador de los piadosos y dios de los vientos, para soplar alejando la plaga? ¿Dónde estaba la diosa guardiana Mafdet y el dios protector Sed? Finalmente el “divino” faraón empezó a regatear, permitiendo a los israelitas hacer sacrificios a Dios en Gosén. Pero Moisés señala que esto sería una abominación para los egipcios debido a que éstos consideraban algo detestable sacrificar ovejas (vea Génesis 43:32; 46:34), y que – ahora verdaderamente odiando a los israelitas – éstos podrían haber sido apedreado. Así, con moscas aún zumbando en torno de ellos, Faraón está de acuerdo en dejar que los israelitas viajen un camino corto en el desierto para hacer sus sacrificios. Pero una vez más, el terco gobernante cambia de manera de pensar.
5. Muerte del ganado: Como en la mayoría de las sociedades paganas, los bueyes tuvieron una fuerte relación con las deidades en Egipto. Apis, el dios toro, era la personificación viviente del dios creador Ptah. Los dioses creadores Atum y Re, unidos en una deidad única, estaban representados por el toro negro Mnevis de Heliópolis. Nut y Neith eran representados como la gran vaca celestial que dio nacimiento al cosmos y a otras deidades. Mehet-Weret, otra diosa asociada con la creación, era representada como una vaca. Las diosas madres Hathor y Nekbet eran representadas con la forma de una vaca, Hesat, la diosa del nacimiento, era representada como una vaca. Y la madre adoptiva de Horus, la diosa vaca Seketh-Hor, era aún invocada como protectora del ganado – una plegaria que ahora nada valía en la faz del verdadero poder de Dios. Debe notarse también que los egipcios poseían algunas ovejas (vea 9:3), aunque aparentemente no para alimento o sacrificio (compare 8:26.) Y los dioses carneros figuran prominentemente en el panteón egipcio – Ba, Banebdejedet, la primitiva Heryshaf, y el dios del Nilo Khnum. Aún el dios supremo Amun era simbolizado por un carnero con cuernos curvos. La declaración de “todo el ganado de Egipto murió” (9:6) debe significar que la vasta mayoría de sus animales murió, ya que el ganado aún estaba vivo en los versículos 19-21 y había caballos en 14:7-9. Aún así, podemos imaginarnos que esto era un estallido mayor a la economía y fuerza militar de Egipto. Una vez más, Dios protege a los israelitas, como Faraón lo descubre. Pero aún así se rehúsa a permitir que el pueblo de Dios se vaya.
6. Ulceras: Una vez más, las deidades falsas de Egipto no fueron de ayuda, incluyendo a Sakhmet, una diosa guardiana contra las enfermedades (además de su papel principal como diosa de la guerra), Imhotep, el dios de la medicina, e Isis, la diosa de la vida y de la sanidad. Los magos de Faraón están ahora demasiado afligidos para estar presentes, mas el corazón de Faraón está aún endurecido. Interesantemente, la narrativa declara por vez primera que Dios endureció el corazón de Faraón (9:12) – Mas antes de esto, Faraón es visto como endureciendo su propio corazón (8:15, 32.) Dios entonces está ahora reforzando la inclinación a la terquedad de Faraón – para el propósito descrito en el versículo 16 (vea Romanos 9:14-24.) Para entender mejor esto, refiérase por favor al artículo “Giros del Destino” .
7. Granizo: Esta plaga mató a sirvientes, animales y ganado si no estaban bajo techo. Plantas y árboles fueron también destruidos, incluyendo los cultivos en el campo. Esta fue una tormenta con truenos extremadamente severa de gélido granizo y que el “fuego” lanzado a tierra era relámpagos, es como se lee en el salmo 78 “Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con piedra; Y entregó al pedrisco sus bestias, Y a sus ganados ardientes relámpagos”, (versículos 47-48.) Esos elementos destructivos, por supuesto, tuvieron un impacto devastador sobre los suministros de alimentos de la nación. Y aún los dioses de Egipto se vieron impotentes; las diosas del cielo, Nut y Hathor; el dios del cielo, Horus, Shu, el dios del aire y dador del cielo; Seth, el dios de las tormentas y protector de las cosechas; Neper, el dios de las cosechas de granos; Osiris, el gobernante de la vida; y todas las deidades con forma de vaca y carnero arriba mencionadas, se mostraron impotentes ante el Dios verdadero. Faraón, ahora ablandado – por el tiempo en que se encontraba. Por supuesto, una vez que las plagas aminoraban, cambiaba su mente otra vez.
8. Langostas: En este punto, los sirvientes de Faraón trataron de impresionarlo diciéndole: “Egipto está destruido” (10:7.) Así él recurrió a regatear una vez más con Moisés. Pero como no accedió a las demandas de Dios, un viento poderoso trajo una plaga de langostas sobre la tierra. Los resultados son horribles de contemplar. Lo que había sido dejado de la vegetación después del granizo, es ahora devorada por las langostas. La tierra queda desnuda. Debe haber sido una maravilla ver lo que alguna vez fue una tierra fértil y abundante y no ver ya mas el color verde entre las plantas (versículo 15.) De nuevo, Seth, Neper, Osiris e Isis son todos desafiados – así lo son Shu, dios del aire, y Amun dios del viento. Esta plaga terrible debe haber dejado a la nación al borde de la inanición. En su desesperación, faraón aún confiesa haber pecado y pide perdón – exteriormente. Pero su contrición es de corta vida. Por ahora, Moisés puede haberse acostumbrado lo suficiente a la terquedad de Faraón para no sorprenderse cuando una vez más Faraón cambia su mente respecto a liberar a los israelitas.
9. Oscuridad: Esta plaga duró tres días. La gente no pudo salir de sus casas debido al impacto de este acontecimiento. Sólo comparable a la oscuridad que se experimenta dentro de un ropero con todas las rendijas alrededor de la puerta cubiertas, este fue un ataque frontal a la credibilidad del dios sol de los egipcios, conocido por varios nombres: Re, Ra, Atum, Aten y, en algunas ocasiones, Horus. De hecho, aunque los egipcios adoraban varios dioses, ninguno era tan adorado como el sol. Hay que tener en cuenta que en la antigüedad les tenían mucho miedo a los eclipses; por lo tanto, esta absoluta oscuridad de tres días debió haberlos aterrorizado por completo. Nuevamente, los israelitas, que vivían en Gosén, no fueron afectados. El faraón trató de hacer un trato y retener los animales de los israelitas que no habían sido afectados por las plagas de Egipto. Era claro que las reservas alimenticias de los egipcios en estos momentos estaban en un nivel crítico, así que para él sus demandas estaban justificadas. Pero ante Dios, el faraón no estaba en posición de exigir nada. Entonces él se enfureció hasta el punto de amenazar a Moisés con la muerte si no se perdía de su vista.
10. La muerte de los primogénitos: Antes de irse, Moisés le advirtió al faraón acerca de la última plaga que iba a caer sobre Egipto. Los primogénitos varones de los egipcios, de los siervos que no eran israelitas y de todos sus animales, iban a morir, desde los palacios del faraón hasta los calabozos. Tal vez este castigo era algo que los egipcios merecían por la muerte de los hijos de Dios —los infantes israelitas— en la época del nacimiento de Moisés.





ENLACE : VIDEOTECA BÍBLICA: MOISÉS


Primera plaga: el agua se convierte en sangre 

Según los científicos, la cadena de castigos bíblicos comenzó de la siguiente forma: El aumento de las temperaturas secó el Nilo, convirtiendo el río en un curso lento de aguas fangosas. Estas condiciones fueron perfectas para la llegada de la primera plaga: el agua convertida en sangre. Obviamente, no se trata de sangre, sin de un aspecto rojizo de las aguas provocado por un alga tóxica de agua dulce. La Oscillatoria rubescens, conocida como alga Sangre Borgoña, tiene una antigüedad de al menos 3.000 años y sigue provocando los mismos efectos en la actualidad. Cuando muere, tiñe el agua de rojo.

Segunda, tercera y cuarta plagas: ranas, mosquitos e insectos 

La invasión de las algas abrió la puerta a la llegada de la segunda, tercera y cuarta plaga. Hordas de ranas, mosquitos y otros insectos capaces de dañar a personas y ganado. Posiblemente, la llegada de las algas tóxicas obligó a las ranas a dejar el agua donde vivían. Al morir los anfibios, mosquitos, moscas y demás insectos se vieron libres de uno de sus depredadores, y se multiplicaron sin control. 



Quinta y sexta plagas: pestilencia, úlceras y sarpullidos incurables 
La multiplicación de los insectos causó a su vez la quinta y sexta plagas, que la Biblia describe como pestilencia, enfermedades epidémicas que exterminaron el ganado, y úlceras y sarpullidos incurables, enfermedades que afectaron seriamente a la población y que pudieron ser transmitidas por mosquitos como el de la malaria.

Séptima plaga: granizo de fuego y hielo 

Por si fuera poco, otro desastre natural ocurrido a más de 400 kilómetros de distancia pudo ser el origen de la séptima, octava y novena plaga, que traen el granizo de fuego, las langostas y la oscuridad a Egipto. Una de las erupciones volcánicas más grandes de la historia se produjo cuando Thera, un volcán que era parte de la isal mediterránea de Santorini, explotó hace unos 3.500 años, lanzando miles de millones de toneladas de cenizas volcánicas en la atmósfera. Expertos del Instituto de Física Atmosférica en Alemania considera que la ceniza volcánica podría haber chocado con tormentas sobre Egipto y producir un espectacular granizo.

Octava, novena y décima plagas: langostas, oscuridad y muerte de los primogénitos 

¿Y las langostas? Según ha explicado también al Telegraph el biólogo canadiense Siro Trevisanato, autor de un libro sobre las plagas, la caída de la ceniza pudo provocar anomalías climáticas, que se traducen en mayores precipitaciones y aumento de la humedad, condiciones idóneas para las langostas. De igual forma, la ceniza también pudo haber bloqueado la luz solar (la plaga de la oscuridad). La plaga final, el castigo más duro, es la muerte de los primogénitos de Egipto, por la que el primer hijo de cada pareja moría sin remedio. La causa pudo ser un hongo que envenenó los suministros de grano. Como los primeros hijos varones tenían privilegios, quizás comían primero convirtiéndose en las primeras víctimas.




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