La Guardia Suiza es una de las unidades militares más exclusivas del mundo. El ejército del Papa. Ellos han estado aquí en el Vaticano, de una u otra manera, desde de que fueron por primera vez empleados por el Papa Julio II en 1506. Esta tradición es muy fuerte. Actualmente hay 110 hombres sirviendo. La mayoría están llevando a cabo su servicio de 25 meses. Sirven en los puestos de todo el Vaticano, en las puertas y también dentro de la residencia del Papa. Están en donde esté el Papa en realidad, como Castel Gandolfo en este momento. En todos los casos, están llevando a cabo un servicio por su pontífice. No sólo es el servicio orientado al trabajo, su formación se extiende también a la vida interior.
La historia de la Guardia Suiza tiene su origen en el siglo XV. El papa Sixto IV ya había hecho una alianza previa con la Confederación Suiza y construyó cuarteles en "Via Pellegrino" previendo la posibilidad de contratar mercenarios suizos. El pacto fue renovado por Inocencio VIII para usarlos contra el duque de Milán. Alejandro VI los utilizó durante su alianza con el rey de Francia. Durante la época de los Borgia, sin embargo, comenzaron las guerras italianas, en las cuales los mercenarios suizos eran un accesorio en la línea del frente entre las facciones beligerantes, a veces por Francia y, a veces por la Santa Sede o el Sacro Imperio Romano Germánico. Los mercenarios se reclutaron cuando se oyó decir que el rey Carlos VIII de Francia planeaba una guerra en contra de Nápoles, entre cuyos participantes estaba el cardenal Giuliano della Rovere, el futuro Julio II. La Guardia Suiza fue fundada por este en 1505, ante la necesidad de que existiera un cuerpo militar siempre disponible para proteger al Papa.
Fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.
Diversos hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte de las tropas del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo.
Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa y los ascendidos toman posesión.
No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del Estado soberano de Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados: el Comandante de la Guardia Suiza, con el rango de coronel, el Vicecomandante de la Guardia Suiza y un capellán, teniente coronel, un oficial con el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios (suboficiales), 70 alabarderos y dos tamborileros.
Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusíl suizo SIG 550) y las pistolas SiG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.
Los reclutas deben ser varones que cumplan los siguientes requisitos:
El actual uniforme fue diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo que se atribuye a Miguel Ángel hecho en 1505 a la moda de entonces, y en los colores de librea de la Casa del Papa Julio II, della Rovere, por lo que es considerado una de las vestimentas militares en activo más antiguas del mundo, siendo mucho más vistoso, alegre y brillante que el que tenían ya bastante avanzado el siglo XIX: el yelmo, ornado con una pluma roja o blanca, según la graduación; los guantes blancos, la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval, y el morrión, negro o en metal, que es del estilo del que llevaban los soldados españoles en el siglo XVI. El color rojo fue introducido por el Papa León X, en referencia al escudo de los Médicis. El uniforme bermejo de los oficiales está basado en el que usaban los guardias españoles del Imperio durante el reinado de Felipe II. Van armados de alabarda y espada ropera, aunque al prestar servicio añaden armas modernas de infantería, pistola, ametralladoras y subfusiles y fusiles de asalto, además de explosivos con los que realizan un alto entrenamiento profesional y táctico militar.
Los guardias suizos no usan propiamente botas altas, aunque sí calzas a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada y cubiertas por polainas según la ocasión y clima. Este uniforme expresa la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.
La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio. Trabaja acompañada por el Servicio Vaticano de la Policía Italiana.
La historia de la Guardia Suiza tiene su origen en el siglo XV. El papa Sixto IV ya había hecho una alianza previa con la Confederación Suiza y construyó cuarteles en "Via Pellegrino" previendo la posibilidad de contratar mercenarios suizos. El pacto fue renovado por Inocencio VIII para usarlos contra el duque de Milán. Alejandro VI los utilizó durante su alianza con el rey de Francia. Durante la época de los Borgia, sin embargo, comenzaron las guerras italianas, en las cuales los mercenarios suizos eran un accesorio en la línea del frente entre las facciones beligerantes, a veces por Francia y, a veces por la Santa Sede o el Sacro Imperio Romano Germánico. Los mercenarios se reclutaron cuando se oyó decir que el rey Carlos VIII de Francia planeaba una guerra en contra de Nápoles, entre cuyos participantes estaba el cardenal Giuliano della Rovere, el futuro Julio II. La Guardia Suiza fue fundada por este en 1505, ante la necesidad de que existiera un cuerpo militar siempre disponible para proteger al Papa.
Fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.
Diversos hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte de las tropas del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo.
Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa y los ascendidos toman posesión.
No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del Estado soberano de Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados: el Comandante de la Guardia Suiza, con el rango de coronel, el Vicecomandante de la Guardia Suiza y un capellán, teniente coronel, un oficial con el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios (suboficiales), 70 alabarderos y dos tamborileros.
Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusíl suizo SIG 550) y las pistolas SiG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.
Los reclutas deben ser varones que cumplan los siguientes requisitos:
- Su estado civil debe ser soltero.
- Mínimo 174 cm de estatura.
- Edad actual entre 19 y 30 años de edad.
- Poseedores de un título profesional o grado de secundaria.
- Su fe debe ser católica.
- Poseedores de la ciudadanía suiza.
- Haber cumplido una instrucción básica con el Ejército Suizo y haber obtenido certificados de buena conducta.
- Pueden casarse si prorrogan su enrolamiento por 2 años más, siendo necesaria la aprobación del capellán.
Los guardias suizos no usan propiamente botas altas, aunque sí calzas a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada y cubiertas por polainas según la ocasión y clima. Este uniforme expresa la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.
La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio. Trabaja acompañada por el Servicio Vaticano de la Policía Italiana.
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