Las
Fiestas judías y su relación con Jesús
Estamos haciendo algunas entradas sobre términos y
conceptos judíos que se manejaban en el tiempo del Señor y nos vamos a detener
un poco en algunas ideas generales sobre las festividades religiosas judías en
tiempos del Señor.
Criterios
de interpretación
Como se verá con más detenimiento al estudiar cada
una, todas las fiestas
judías tienen un
triple fundamento:
1.
En un principio
está el origen natural de las fiestas en cuanto procedentes de las religiones
naturales; aquí se destaca su vinculación con la creación y con la búsqueda de
Dios por parte de la humanidad a través de la creación;
2.
Después se les da
a las fiestas un sentido de recuerdo, de conmemoración y representación de las
acciones salvadoras de Dios en la historia de la Salvación vivida por
Israel.
3.
Por último, la
fiesta actualiza en una esperanza auténtica: el pasado de Dios asegura el
porvenir del pueblo. Pero también, poco a poco se da paso del recuerdo del
acontecimiento salvífico pasado a la esperanza mesiánica, a la espera de la
futura acción salvífica perfecta. En este sentido la fiesta alcanza su
cumplimiento en Jesucristo.
1. El origen natural de las fiestas religiosas
El retorno del ciclo lunar, que
delimitaba el mes israelita, dio muy naturalmente lugar a fiestas: a veces la
luna llena (Sal 81,4), ordinariamente la luna nueva (neomenia: 1Sa 20,5; 2Re
4,23; Am 8,5), finalmente el sábado que fijaba el ritmo de la semana (Éx 20,8-11). El ciclo solar traía consigo la fiesta del Año Nuevo,
conocida en todas las civilizaciones; en un principio se unió a la fiesta de la
recolección en otoño (Éx 23,16), luego a la pascua de la primavera (Éx 12,2);
de esta liturgia derivan ciertos ritos del día de la expiación (cf. Lev 16).
Además del marco formado por el ritmo de los astros,
la vida cotidiana del israelita, pastor y luego agricultor, dio lugar a fiestas que tienden a
confundirse con las precedentes. El día de Pascua,
fiesta pastoril de primavera, tenía lugar la ofrenda de las primicias del ganado; el trabajo de la tierra
dio origen a tres grandes fiestas anuales: ázimosen
primavera, mieses o semanas en verano,
recolección o vendimia enotoño (Éx 23,14-17; 34,18.22). El Deuteronomio une la pascua a los ázimos y da a la fiesta de la
recolección el nombre de fiesta de los tabernáculos (Dt 16,1-17). Ciertos ritos de las
fiestas actuales no pueden comprenderse sino en razón de su abolengo pastoril o
agrario.
Después del exilio aparecieron algunas fiestas secundarias: Purim(Est 9,26; cf.
2Mac 15,36s), dedicación y el día de Nicanor (1Mac 4,52-59; 7,49; 2Mac 10,5s;
15,36s).
2.
El sentido de la
fiesta en el marco de la historia de la Salvación
Israel celebra a su Dios por diversos títulos. Al
Creador se le conmemora cada sábado (Ex 20,11); el Libertador de Egipto
está presente no sólo el día del sábado, sino también en la fiesta de pascua(Dt 5,12-15;
16,1); la fiesta de los tabernáculos recuerda las marchas por el desierto y
el tiempo de los esponsales con Yahvé (Lev 23,42s; cf. Jer 2,2); finalmente, el
judaísmo tardío asoció a la fiesta de lassemanas o Shavuot (en griego pentecostés) el don
de la ley en el Sinaí. Así las fiestas agrarias se convertían en fiestas
conmemorativas. Así por ejemplo, en la oración del israelita que ofrece
sus primicias se eleva la acción de gracias, tanto
por los dones de la tierra como por las grandes gestas del pasado (Dt 26,5-10).
3. El sentido esperanzador y mesiánico de las fiestas religiosas judías y su cumplimiento en Jesucristo.
La fiesta también actualiza en una esperanza auténtica
el término de la salud: el pasado de Dios asegura el porvenir del pueblo. Por
ejemplo, el éxodo conmemorado en la pascua anuncia y garantiza un nuevo éxodo:
Israel será un día definitivamente liberado (Is 43,15-21; 52,1-12; 55,12s); el
reinado de Yahveh se extenderá a todas las naciones, que subirán a Jerusalén
para la fiesta de los tabernáculos (Zac 14,16-19). El pueblo debe, por
tanto, “llenarse todo de gozo” (Sal 118; 122; 126): ¿no está
en presencia de Dios (Dt 16, 11-15; Lev 23,40)?
Por ejemplo, en la Fiesta de la Pascua se celebra la “liberación” del pueblo
judío de la esclavitud egipcia… y siempre va conectada con el “Paso del Mar
Rojo” y la entrada a una “nueva vida de libertad” (Éxodo 12 y 14). Son 8 días
de fiesta que se celebran en la primera luna llena de la primavera, en el mes
de Nisán. Se corresponde a nuestra “Semana Santa”, en la que celebramos la
liberación de la esclavitud del pecado por la Cruz de Cristo, y la entrada a una “nueva vida en
Cristo”, por su gloriosa resurrección. En la Cena Pascual fue
cuando Jesús instituyó la
Eucaristía y el Sacramento del Sacerdocio. Otro ejemplo, en la Fiesta de “Pentecostés”,
es decir “50 días después de la
Pascua ”, y se celebraba la Fiesta de la cosecha del trigo o Shavuot y la promulgación de los 10
Mandamientos a Moisés, que ocurrió en torno a esa fecha tras la liberación (Ex
24:12ss). Esta Fiesta alcanza su plenitud con la “venida del Espíritu Santo”,
que según las profecías mesiánicas, grabará los Mandamientos, no en piedra,
sino en nuestras mentes y corazones (Ez 36:26: “Y os daré un corazón
nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”; Jer 31:33;
cfr. Hechos 2).
4. Relación de las Fiestas judías con la vida pública del Señor.
La presente relación es solo un esquema que
procuraremos ir completando poco a poco:
1.
Justo al comienzo
de la actividad de Jesús se encuentra la «Pascua de los judíos», de la cual se deriva el tema del
templo verdadero y con ello el tema de la cruz y la resurrección (cf. Jn 2,
13-25).
2.
La curación del
paralítico, que ofrece la ocasión para la primera gran predicación pública de
Jesús en Jerusalén, aparece de nuevo relacionada con «una fiesta de los judíos»
(Jn 5,1), probablemente la«fiesta de
las Semanas»: Pentecostés.
3.
La multiplicación
de los panes y su explicación en el sermón sobre el pan –la gran predicación
eucarística del Evangelio de Juan– están en relación con la fiesta de la Pascua (cf. Jn 6, 4).
4.
También el
acontecimiento de la transfiguración de Jesús, transmitido en los sinópticos,
está dentro del marco de las
fiestas de la Expiación
y de las Tiendas, y así remite al mismo trasfondo
teológico.
5.
El gran sermón
sucesivo de Jesús con la promesa de los «ríos de agua viva» se pone en el
contexto de la fiesta de
las Tiendas (cf. 7, 38s).
6.
Finalmente
volvemos a encontrar a Jesús en Jerusalén durante el invierno, en la fiesta de la Dedicación del templo (Janukká) (cf Jn 10, 22).
7.
El camino de
Jesús culmina en su última fiesta
de Pascua (cf. Jn 12, 1), en la que Él mismo,
como verdadero cordero pascual, derramará su sangre en la cruz.
8.
Además, veremos que
la oración sacerdotal de Jesús, que contiene una sutil teología eucarística
como teología de su sacrificio en la cruz, se desarrolla completamente a partir
del contenido teológico de la fiesta
de la Expiación,
de forma que también esta fiesta fundamental de Israel incide de manera
determinante en la formación de la palabra y la obra de Jesús.
9.
La resurrección
del Señor acontece con bastante probabilidad en la Fiesta de
la Primicias de la cosecha de cebada.
Nos parece interesante hacer este estudio, porque si
tenemos presente este arraigo en las festividades religiosas de muchas de las
predicaciones de Jesús, podremos entender mejor su fuerza vital y su
profundidad teológica.
BIBLIOGRAFÍA
·
Jesús de Nazaret
I, por Benedicto XVI
·
Fiestas
·
Jean Danielou, Catequesis
en la tradición patrística
https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2015/06/10/las-fiestas-judias-y-su-relacion-con-jesus/
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