miércoles, 10 de junio de 2015

Las Fiestas judías y su relación con Jesús

Las Fiestas judías y su relación con Jesús

 

Estamos haciendo algunas entradas sobre términos y conceptos judíos que se manejaban en el tiempo del Señor y nos vamos a detener un poco en algunas ideas generales sobre las festividades religiosas judías en tiempos del Señor.

Criterios de interpretación

Como se verá con más detenimiento al estudiar cada una, todas las fiestas judías tienen un triple fundamento:

1.                 En un principio está el origen natural de las fiestas en cuanto procedentes de las religiones naturales; aquí se destaca su vinculación con la creación y con la búsqueda de Dios por parte de la humanidad a través de la creación;

2.                 Después se les da a las fiestas un sentido de recuerdo, de conmemoración y representación de las acciones salvadoras de Dios en la historia de la Salvación vivida por Israel.


3.                 Por último, la fiesta actualiza en una esperanza auténtica: el pasado de Dios asegura el porvenir del pueblo. Pero también, poco a poco se da paso del recuerdo del acontecimiento salvífico pasado a la esperanza mesiánica, a la espera de la futura acción salvífica perfecta. En este sentido la fiesta alcanza su cumplimiento en Jesucristo.

1.     El origen natural de las fiestas religiosas

El retorno del ciclo lunar, que delimitaba el mes israelita, dio muy naturalmente lugar a fiestas: a veces la luna llena (Sal 81,4), ordinariamente la luna nueva (neomenia: 1Sa 20,5; 2Re 4,23; Am 8,5), finalmente el sábado que fijaba el ritmo de la semana (Éx 20,8-11). El ciclo solar traía consigo la fiesta del Año Nuevo, conocida en todas las civilizaciones; en un principio se unió a la fiesta de la recolección en otoño (Éx 23,16), luego a la pascua de la primavera (Éx 12,2); de esta liturgia derivan ciertos ritos del día de la expiación (cf. Lev 16).
Además del marco formado por el ritmo de los astros, la vida cotidiana del israelita, pastor y luego agricultor, dio lugar a fiestas que tienden a confundirse con las precedentes. El día de Pascua, fiesta pastoril de primavera, tenía lugar la ofrenda de las primicias del ganado; el trabajo de la tierra dio origen a tres grandes fiestas anuales: ázimosen primavera, mieses o semanas en verano, recolección o vendimia enotoño (Éx 23,14-17; 34,18.22). El Deuteronomio une la pascua a los ázimos y da a la fiesta de la recolección el nombre de fiesta de los tabernáculos (Dt 16,1-17). Ciertos ritos de las fiestas actuales no pueden comprenderse sino en razón de su abolengo pastoril o agrario.
Después del exilio aparecieron algunas fiestas secundarias: Purim(Est 9,26; cf. 2Mac 15,36s), dedicación y el día de Nicanor (1Mac 4,52-59; 7,49; 2Mac 10,5s; 15,36s).

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2.     El sentido de la fiesta en el marco de la historia de la Salvación

Israel celebra a su Dios por diversos títulos. Al Creador se le conmemora cada sábado (Ex 20,11); el Libertador de Egipto está presente no sólo el día del sábado, sino también en la fiesta de pascua(Dt 5,12-15; 16,1); la fiesta de los tabernáculos recuerda las marchas por el desierto y el tiempo de los esponsales con Yahvé (Lev 23,42s; cf. Jer 2,2); finalmente, el judaísmo tardío asoció a la fiesta de lassemanas o Shavuot (en griego pentecostés) el don de la ley en el Sinaí. Así las fiestas agrarias se convertían en fiestas conmemorativas. Así por ejemplo,  en la oración del israelita que ofrece sus primicias se eleva la acción de gracias, tanto por los dones de la tierra como por las grandes gestas del pasado (Dt 26,5-10).

3.     El sentido esperanzador y mesiánico de las fiestas religiosas judías y su cumplimiento en Jesucristo.

La fiesta también actualiza en una esperanza auténtica el término de la salud: el pasado de Dios asegura el porvenir del pueblo. Por ejemplo, el éxodo conmemorado en la pascua anuncia y garantiza un nuevo éxodo: Israel será un día definitivamente liberado (Is 43,15-21; 52,1-12; 55,12s); el reinado de Yahveh se extenderá a todas las naciones, que subirán a Jerusalén para la fiesta de los tabernáculos (Zac 14,16-19). El pueblo debe, por tanto, “llenarse todo de gozo” (Sal 118; 122; 126): ¿no está en presencia de Dios (Dt 16, 11-15; Lev 23,40)?
Por ejemplo, en la Fiesta de la Pascua se celebra la “liberación” del pueblo judío de la esclavitud egipcia… y siempre va conectada con el “Paso del Mar Rojo” y la entrada a una “nueva vida de libertad” (Éxodo 12 y 14). Son 8 días de fiesta que se celebran en la primera luna llena de la primavera, en el mes de Nisán. Se corresponde a nuestra “Semana Santa”, en la que celebramos la liberación de la esclavitud del pecado por la Cruz de Cristo, y la entrada a una “nueva vida en Cristo”, por su gloriosa resurrección. En la Cena Pascual fue cuando Jesús instituyó la Eucaristía y el Sacramento del Sacerdocio. Otro ejemplo, en la Fiesta de “Pentecostés”, es decir “50 días después de la Pascua”, y se celebraba la Fiesta de la cosecha del trigo o Shavuot y la promulgación de los 10 Mandamientos a Moisés, que ocurrió en torno a esa fecha tras la liberación (Ex 24:12ss). Esta Fiesta alcanza su plenitud con la “venida del Espíritu Santo”, que según las profecías mesiánicas, grabará los Mandamientos, no en piedra, sino en nuestras mentes y corazones (Ez 36:26: “Y os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”; Jer 31:33; cfr. Hechos 2).

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4.     Relación de las Fiestas judías con la vida pública del Señor.

La presente relación es solo un esquema que procuraremos ir completando poco a poco:
1.                 Justo al comienzo de la actividad de Jesús se encuentra la «Pascua de los judíos», de la cual se deriva el tema del templo verdadero y con ello el tema de la cruz y la resurrección (cf. Jn 2, 13-25).

2.                 La curación del paralítico, que ofrece la ocasión para la primera gran predicación pública de Jesús en Jerusalén, aparece de nuevo relacionada con «una fiesta de los judíos» (Jn 5,1), probablemente la«fiesta de las Semanas»: Pentecostés.


3.                 La multiplicación de los panes y su explicación en el sermón sobre el pan –la gran predicación eucarística del Evangelio de Juan– están en relación con la fiesta de la Pascua (cf. Jn 6, 4).

4.                 También el acontecimiento de la transfiguración de Jesús, transmitido en los sinópticos, está dentro del marco de las fiestas de la Expiación y de las Tiendas, y así remite al mismo trasfondo teológico.


5.                 El gran sermón sucesivo de Jesús con la promesa de los «ríos de agua viva» se pone en el contexto de la fiesta de las Tiendas (cf. 7, 38s).

6.                 Finalmente volvemos a encontrar a Jesús en Jerusalén durante el invierno, en la fiesta de la Dedicación del templo (Janukká) (cf Jn 10, 22).


7.                 El camino de Jesús culmina en su última fiesta de Pascua (cf. Jn 12, 1), en la que Él mismo, como verdadero cordero pascual, derramará su sangre en la cruz.

8.                 Además, veremos que la oración sacerdotal de Jesús, que contiene una sutil teología eucarística como teología de su sacrificio en la cruz, se desarrolla completamente a partir del contenido teológico de la fiesta de la Expiación, de forma que también esta fiesta fundamental de Israel incide de manera determinante en la formación de la palabra y la obra de Jesús.


9.                 La resurrección del Señor acontece con bastante probabilidad en la Fiesta de la Primicias de la cosecha de cebada.
Nos parece interesante hacer este estudio, porque si tenemos presente este arraigo en las festividades religiosas de muchas de las predicaciones de Jesús, podremos entender mejor su fuerza vital y su profundidad teológica.

BIBLIOGRAFÍA
·                     Jesús de Nazaret I, por Benedicto XVI
·                     Wikipedia
·                     Fiestas
·                     Jean Danielou, Catequesis en la tradición patrística


https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2015/06/10/las-fiestas-judias-y-su-relacion-con-jesus/


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