Las fechas de la Semana Santa se determinan a partir del calendario lunar. Así, el domingo posterior a la primera luna llena después del inicio de la primavera en el hemisferio norte es el Domingo de Pascua (también llamado de Gloria o de Resurrección), que puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. A partir de ahí se distribuyen el resto de fechas, que en el 2018 quedan así:
Domingo de Ramos: 25 de marzo
Lunes Santo: 26 de marzo
Martes Santo: 27 de marzo
Miércoles Santo: 28 de marzo
Jueves Santo: 29 de marzo
Viernes Santo: 30 de marzo
Sábado Santo: 31 de marzo
Domingo de Resurrección: 1 de abril
Lunes de Pascua: 2 de abril
Partiendo del Domingo de Pascua también se fijan los días de Cuaresma y, en consecuencia, del Carnaval. La Cuaresma, que consta de 40 días, empieza el Miércoles de Ceniza -que este año es el 14 de febrero- y termina el Jueves Santo -29 de marzo- (los domingos no se incluyen). Por tanto, el sábado de Carnaval es el 10 de febrero.
El cambio de las fechas de Semana Santa condiciona la actividad económica, el turismo, el comercio y el calendario escolar. Esta inestabilidad acabaría si sale adelante el plan del papa Francisco de establecer una fecha fija para la Pascua (el segundo o el tercer domingo de abril), para que deje de depender de conjunciones astrales.
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